La historia del automóvil no solo es un claro ejemplo de la capacidad inventiva del ser humano, también es un universo repleto de anécdotas, curiosidades y pasión por unas máquinas que actualmente pueden llegar a sorprender. El automóvil es uno de los inventos que más han influido y todavía influye en la sociedad. Es la segunda industria más grande de Europa y una de las más importantes del Mundo y además, es una de las más innovadoras.
Muchos se preguntan por qué nos gustan tanto los coches y he aquí algunos motivos. Hoy día, esta máquina, tal y como la conocemos, cuenta con más de 130 años de historia y en todo ese tiempo han ocurrido multitud de cosas. Personajes importantes han dejado su huella para la posteridad, se han creado y olvidado muchas marcas, mientras que otras tantas han sabido sobrevivir hasta el día de hoy.
Por ejemplo, Peugeot es una de las marcas de coches más antiguas del Mundo y una de las empresas más antigua del Mundo (tiene más de 200 años). A Mercedes se la considera la inventora del automóvil, Volkswagen esconde muchas más cosas que una relación muy estrecha con Adolf Hitler, y Audi, en realidad, no es Audi. O bueno, sí, aunque no al 100 %.
Mercedes se hace con el control de su máximo rival
Esta historia, la de Audi, es la que nos ocupa. O mejor dicho, la de Auto Union, que es realmente el origen de la Audi actual. Auto Union, como su nombre indica, es una empresa que surgió tras el acuerdo de colaboración de cuatro fabricantes alemanes: DKW, Wanderer, Horch y Audi. Estas dos últimas marcas con un nexo en común: su fundador, August Horch.
La compañía alemana se fundó tras la Primera Guerra Mundial debido al deprimente estado de Alemania; la unión hace la fuerza -debieron pensar- y así, se auparon hasta la cima de la industria poniendo contra las cuerdas a nada menos que Mercedes-Benz. La época de los años 20 y 30 fue realmente espectacular, con una batalla entre las famosas “Flechas de Plata” que ha pasado a la historia.
Después llegó el pinchazo de la Gran Depresión, la hiperinflación alemana, el auge del nazismo y, finalmente, la Segunda Guerra Mundial
De hecho, estas marcas tienen otro momento culminante y especialmente llamativo en la historia que no todo el mundo conoce: Mercedes-Benz fue propietaria de Auto Union durante una etapa, entre finales de los 50 y mediados de los 60. La relación comienza en 1958, cuando Friedrich Flick, un empresario del acero y el carbón, era poseedor del 40 % de Auto Union y del 40 % de Daimler-Benz, tuvo la idea de fusionar ambas empresas para aprovechar sinergias e inversiones.
La idea se aprobó en junta el 6 de marzo de aquel año y el 11 de abril de 1958 Mercedes adquirió el 88 % de Auto Union. A partir de ese momento todo cambió para Auto Union, que pasaba por una época difícil y sobrevivía gracias a los modelos con motor de dos tiempos fabricados por DKW y varios modelos de Wanderer. Tanto Horch como Audi fueron desapareciendo poco a poco.
Lo primero que se decidió desde Daimler-Benz fue deshacerse de los motores “de agujeros” (dos tiempo) e iniciar el desarrollo de nuevos motores de cuatro tiempos con base de partida en un proyecto ya iniciado por la propia Auto Union. La fábrica de Ingolstadt, donde está la sede de Audi, fue remodelada con inversión procedente de Mercedes y se realizaron algunos prototipos que nunca llegaron a producción. Algunas plantas de Auto Union pasaron a montar modelos de Mercedes-Benz.
Aparece Volkswagen y comienza la transformación
Mientras se trabajaba en la reestructuración de Auto Union, Mercedes-Benz vendió casi todas las acciones de la empresa a Volkswagen. Corría el año 1965 cuando sucedía esto, aunque no se vendió Auto Union al completo, Mercedes-Benz se quedó con los derechos de Horch y las fábricas de Vitoria (donde se fabrica la Mercedes Vito y Clase V) y Düsseldorf. No obstante, Auto Union se llevaba los desarrollos obtenidos hasta el momento.
El problema radicaba entonces en la fuerte relación del nombre de Auto Union con el régimen de Hitler, así que Volkswagen comenzó un proceso de cambio de imagen y resucitó una marca que llevaba tiempo olvidada: Audi
Aquí se debe hacer un inciso, ya que, como se ha dicho antes, el fundador de Audi fue el mismo que de Horch, un ingeniero alemán llamado August Horch que, curiosamente, nunca tuvo carnet de conducir. Acabó fuera de Horch tras algunas disputas con otros señores y fundó otra empresa, la cual le obligó a pasar por los tribunales al usar su propio apellido cuando ya había sido registrado como nombre de otra empresa.
No obstante, se solucionó rápido y simplemente, se tradujo Horch al latín: Audi (“horch” en alemán se traduce al castellano como “oiga” o “escuche”). Incluso tuvo algunos eslóganes para publicidad muy pícaros como aquel que decía “Horch in Audi”. Tampoco se debe olvidar que August Horch estuvo en la directiva de Auto Union y, por tanto, se puede decir que estuvo a los mandos de sus dos empresas durante un tiempo.
Poco a poco se trabajó en la desaparición de Auto Unión, pero antes se lanzó al mercado el primer modelo con motor cuatro tiempos de Auto Union, el DKW F102, cuyo motor tenía origen Daimler-Benz, es decir, Mercedes. Sin embargo, pronto se cambió el nombre al de Audi F 102 y fue la primera piedra de lo que estaba por venir.
Luego llegó el primer proyecto 100 % Audi-Volkswagen, el Audi 100, que en algunos mercados se vendió como Audi Typ 104 o Auto Union Audi 100. Desde este “primer coche” se estableció la línea de la nueva Audi: calidad, técnica y fiabilidad, aunque cabe recordar que todo su desarrollo, o al menos gran parte de él, tenía como base los proyectos comenzados bajo la batuta de Daimler-Benz.
Una historia especialmente llamativa y emotiva, donde Mercedes-Benz ayudó a forjar los cimientos de uno de sus mayores rivales actualmente. Historia que se podría decir que comenzó mucho antes, pues Karl Benz, el inventor del considerado primer automóvil de la historia, contrató a August Horch para que le ayudara a desarrollar sus motores de cuatro tiempos.
Y sí, ese “Benz” es el de “Mercedes-Benz”, una parte de la historia que también merece ser contada, ya que Gottlieb Daimler y Karl Benz nunca llegaron a conocerse y ambas compañías se fusionaron tras haber “inventado” el automóvil con motor de combustión interna (Benz) y después de haber desarrollado el primer automóvil de cuatro ruedas (Daimler) y desde entonces, pasaron a denominarse como “Mercedes-Benz”. En cuanto a la historia detrás de la niña Mercedes Jellinek, que dio nombre al fabricante de automóviles más antiguo, hablaremos otro día.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS