“El tema de Vader no estaba planeado desde el principio. Empezamos a construir el coche, hablamos de colores como se hace cuando se está en las primeras etapas porque estás entusiasmado con el resultado final”, recuerda el autor material de este Vauxhall Chevette, modelo fabricado en su tiempo sobre la misma plataforma del Chevrolet Chevette. Su nombre es Callum Seviour, es mecánico y es la cara del diseño y el ensamblaje en el taller de personalización británico Retropower.
Su testimonio corresponde a una entrevista brindada al ciclo The Late Brake Show, donde se permite compartir un poco de la intimidad respecto de la decisión del concepto que este ejemplar recibiría. En la entrevista se mantiene al cliente del taller, es decir al dueño de este Chevette, bajo anonimato, pero eso no le impide a Cal revelar parte del diálogo, siendo lo más textual posible. “Él dijo ‘lo quiero negro’. Hablamos de tener las rayas rojas porque el HRS tenía este tipo de rayas que bajaban por los flancos hasta el pilar C”, confiesa en un momento de la conversación, haciendo referencia a las características del Vauxhall Chevette HSR, una de las dos versiones desarrolladas para competir en el Grupo 4 del Campeonato Mundial de Rally.
“Hablamos de hacer las rayas rojas y luego hablamos de hacerlas quizás de un color diferente, y luego dijimos ‘hagámoslo todo negro’. Pronto dijo ‘deberíamos llamarlo Proyecto Vader'”. Como al villano de Star Wars, a este Vauxhall Chevette modelo 1983 no le cabe otro color que el negro brillante. A decir verdad, no le cabe casi otro color, ya que hay elementos muy pero muy puntuales que se escapan a la norma. “Simplemente nos obsesionamos con eso, así que todo se volvió negro. Casi que creo que estas piezas deberían ser negras anodizadas en lugar de rojas”, bromea Seviour en el mismo pasaje de la entrevista, mientras señala los embellecedores rojos metalizados localizados entre el parabrisas y el capó.
Ni el logotipo de Vauxhall se salvó de ser pintado en negro. Tampoco las ruedas. Cal defiende la estética de las llantas convertidas a negras. Entiende las críticas recibidas sobre el nuevo color adoptado allí, pero sostiene que, a lo sumo, este acabado quedaría mal en otros modelos o proyectos y que, por el contrario, en este concepto de todo negro encaja a la perfección. No quedan dudas, además de haber sido el autor material, Cal fue también autor intelectual.
Entrar al interior de “The Vader” es como viajar a los días del Grupo 4, pero con el agregado de modernos componentes como una predominante fibra de carbono y como si el propio Anakin Skywalker lo manejara. Puertas adentro, entre costuras, interruptores y parte de la palanca de cambios se completa la reducida selección de elementos que aportan el contraste en rojo.
Un ejemplar que ha cambiado tanto visual como estructural y mecánicamente. La carrocería se reforzó y uno de los tratamientos se aplicó sobre los ensanchados pasos de rueda. Aquella versión HSR de carreras se distinguía de los ejemplares de calle por el kit de carrocería que incluía ese ancho extra. Este ejemplar no es la excepción y durante su conversión a Vader su paquete GRP fue revisado y actualizado.
La renovación fue integral. Entre otros cambios, se destaca el agregado de una jaula antivuelco. La suspensión y el eje delantero se mejoraron y se optó por una transmisión superior para que el coche pudiese recibir su nuevo motor: un C20XE Redtop con potencia de 285 caballos conectado a una caja secuencial de seis velocidades. Al respecto, les recomiendo el capítulo de The Late Brake Show, que les dejo a continuación. Allí verán a “The Vader” en acción y bajo la lluvia, lo que hace a la prueba más espectacular. Además de su paso al mundo de los restomod, el atractivo de este coche es que al ser un Vauxhall Chevette envía la potencia a las ruedas traseras, toda una excepción a la tracción delantera que dominaba en los hatchbacks de su época.
Una obra maestra que vaya que ha demandado dinero, pues todo el trabajo realizado por el taller británico tuvo un costo de más de 240.000 euros. Hoy, este Chevette “Vader” 1983 está a la venta y se pide por él mucho menos de lo que se le ha invertido: alrededor de 84.000 euros es lo que se espera que se ofrezca en la subasta a celebrarse el próximo 22 de febrero.
Mauro Blanco
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