La pasada supertemporada del WEC fue un paseo triunfal de Toyota por los circuitos del mundo demostrando que tienen en prototipo más rápido del campeonato. Tan sólo en Silverstone no se pudieron llevar el trofeo de ganadores a casa, a pesar de que atravesaron en cabeza la línea de meta; el patín de los dos Toyota infringía el reglamento y quedaban descalificados, heredando Rebellion la primera plaza.
Este indiscutible dominio de los japoneses, fruto de sus décadas de experiencia en el campeonato y una financiación más abultada que el del resto de equipos, es legitima y justa. Pero le resta interés al campeonato, cosa que no le gustaba a la organización que ha recurrido al famoso “Balance of Performance” con el fin de que los equipos privados tengan una oportunidad. Y ha sido en Shanghai cuando este reglamento ha conseguido poner a los Ginetta y a los Rebellion al nivel de Toyota, gracias a restringir el flujo de combustible y la cantidad de energía que los sistemas de recuperación de los híbridos pueden liberar por vuelta, así como añadir peso a los coches que más victorias acumulen.
Gracias a las restricciones aplicadas a los prototipos japoneses, estos perdían toda su ventaja frente a resto de competidores. En la clasificación del sábado se quedaban 1,3 segundos por detrás del Rebellion de Gustavo Menezes, Bruno Senna y Norman Nato, que conseguía superar a los dos Ginetta relegando al Toyota de Conway y Kobayashi a un cuarto puesto por delante de su coche hermano.
En la salida lanzada, Nato, en una polémica maniobra, decidía no acelerar a fondo cuando los semáforos se ponían en verde, forzando al resto de coches que le seguían a frenar o a rebasarle antes de cruzar la línea de salida. Buemi en el Toyota número #8 decidía esperar, pero los dos Ginettas y el Toyota #7 de Kobayashi adelantaban al Rebellion y esto les costaría un drive through como penalización.
Mientras que los Ginetta y el Toyota #7 intercambiaban la cabeza de carrera, el Toyota #8 y el Rebellion iban superando a los LMP2 que les rebasaron en la salida y tras dos horas de carrera, después de que los coches de cabeza cumplieran su penalización, Menezes superaba a Buemi y colocaba el Rebellion en la primera posición.
A medida que pasaba el tiempo los Toyota se iban acercando al fugado Rebellion gracias a una mejor gestión del combustible y los repostajes. Toda su estrategia se vería frustrada cuando el neumático del Aston Martin número 95, que iba liderando la categoría GTE Pro, decía basta y forzaba la bandera amarilla en toda la pista faltando menos de una hora para el final. Esto dejaba a los suizos su primera victoria en pista en bandeja. Y Bruno Senna se convertía en el primer piloto en ganar una carrera en cada categoría del WEC.
En la categoría LMP2 el conjunto de Jota Sport conseguía imponerse a los coches de Jackie Chan en el segundo stint y llegaban victoriosos a la meta sin que nadie se lo pueda discutir
En GTE Pro todo parecía que Aston iba a alzarse la victoria hasta que las gomas no aguantaron más y el Ferrari 488 número #51 de AF Corse pasaba la meta primero. Horas después los comisarios descalificaban al Ferrari por ir a menos de 5 cm del suelo como dicta el reglamento, siendo el Porsche 911 número #91 quien finalmente se llevaba a casa la victoria.
Parece que la organización ha encontrado una forma de poner al mismo nivel a coches que en condiciones normales no lo estarían. Esto favorece el espectáculo y podría minar la moral de los que se esfuerzan para evolucionar y mejorar sus coches, pero ya han dicho los chicos de Toyota que, a pesar de las restricciones, no van a tirar la toalla y seguirán peleando.
José Miguel Romero
Hace muchos años visualizaron el automóvil como un medio para mover mercancías y personas de forma rápida y eficaz. Otros pensaron en que esos cacharros podían ir más y más rápido y ser divertidos o ir de lado. Yo me quedo con esos!COMENTARIOS