El Volvo S80 2.5FT Flexifuel fue la respuesta de la firma sueca al auge de los motores “respetuosos” con el medio ambiente, antes de que la hibridación se convirtiera en la principal tecnología en busca de dicho menester. Corría el año 2008 y Volvo ponía en circulación una versión de su modelo más grande, equipado con un propulsor que podía funcionar con bioetanol.
La reducción del consumo de combustible ha sido una constante en la industria de la automoción, pero, en un primer momento, no se tenía en tan cuenta las emisiones, sino la reducción de los costes de uso, un argumento que siempre ha sido uno de los que más ventas han generado siempre. Por eso, los motores turbodiésel se hicieron tan populares –y por menor generación de CO2, claro–, pero con el tiempo, hubo que sumar un mayor auge del respeto por el medio ambiente, lo que supuso tener que controlar mucho más las emisiones en pos de reducir el calentamiento global.
Así, Volvo, que hoy día es uno de los referentes en cuanto a electrificación, desarrolló un motor bifuel, es decir, que podía funcionar con dos combustibles distintos, para reducir las emisiones contaminantes de sus coches. Se tomaba como base de partida el motor de cinco cilindros y 2,5 litros turbo, y se adaptaba para poder funcionar con bioetanol E85. El rendimiento del motor era el mismo, esto es, 200 CV y 300 Nm de par, cuyo consumo homologado era de 9,2 litros de media con cambio manual, o bien, de 10,2 litros con la opción de cambio automático. Curiosamente, el consumo, según datos de la época –en 2008– aseguraban que los consumos de bioetanol era entre un 30 y un 40% más elevados que si quemaba gasolina, pero el coste del litro de E85 era inferior a la gasolina de 95 octanos y las emisiones era muy inferiores.
Mientras otras marcas como Toyota desarrollaban su tecnología híbrida, Volvo probaba con los motores bifuel, pero en lugar de gas, se optó por el bioetanol E85
Un año después, Volvo revisó el propulsor 2.5 turbo flexifuel y aumento las prestaciones, al tiempo que redujo los consumos. Pasó a rendir 231 CV y casi 350 Nm de par, mientras que los consumos bajaron a 8,6 litros con cambio manual y 9,6 en el caso de equipar la opción automática –por entonces, los automáticos todavía consumían más que los manuales–. El consumo de E85 se mantenía un 30% por encima del consumo de gasolina, pero las emisiones se mantenían por debajo –aunque no hemos encontrado datos sobre esas emisiones–.
Para lograr las nuevas cifras, se modificó el software, lo que, a su vez, permitió aumentar la presión de sobrealimentación. También se limitó el régimen de giro en determinadas condiciones para reducir los consumos en el caso de los equipados con cambio automático, y se alargó el desarrollo en el caso de la caja de cambios manual.
El Volvo S80 2.5FT no era barato, en España tenía un precio de 42.000 euros con caja de cambios manual. Pero, ¿cuándo un Volvo ha sido barato?
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS