Renault, aunque ahora esté un poco de capa caída, siempre ha destacado por donde negocio donde otros no lo ven. El Renault 5 fue todo un éxito, a pesar de arriesgar bastante con todo lo que estaban haciendo. El Renault Espace fue otra demostración de valentía y de visión frente a los rivales y bombas como el Renault 5 GT Turbo o el Renault Clio V6 tampoco parecían tener mucho sentido y, sin embargo, son objetos de culto.
Es una lástima que no ocurra lo mismo con el Renault Twingo RS. Algjnos años después de arrancar el Siglo XXI, En Renault se les ocurrió que lanzar una versión Renault Sport del pequeño Twingo es una buena idea. Había muchas cosas similares en aquellos años, como el Abarth 500 –con 135 CV–, el Citroën VTS –con 122 CV– o el Suzuki Swift Sport –con 125 CV–, pero el Twingo RS era el más radical y realmente deportivo de todos ellos.
La marca tomó la segunda generación del pequeño modelo y la sometió a una serie de modificaciones que lo convirtieron en un coche poco adecuado para ser usado como “coche para todo”. Y estamos hablando de producto que fue diseñado expresamente para eso. La suspensión era muy firmes y también iba 10 milímetros más cerca del suelo. Los muelles eran un 30% más flexibles, pero los amortiguadores un 30% más firmes, al tiempo que las estabilizadoras aumentaban su grosor en 1,5 milímetros –hasta los 24 milímetros. Las vías, en los dos casos, se aumentaron 60 milímetros delante y 59 milímetros detrás.
Se podía solicitar con un chasis todavía más radical denominado “Cup”, que montaba muelles menos flexibles y amortiguadores un 44% más firmes. También se bajaba la altura del casco 4 milímetros adicionales. Era fácil diferenciar esta versión porque iba decorada de forma mucho más llamativa y menos decorosa.
Al igual que sus rivales, el Renault Twing RS montaba un motor de cuatro cilindros gasolina, con la potencia suficiente para mover todo el conjunto con bastante soltura. Concretamente, un 1.6 litros capaz de rendir 133 CV a 6.750 revoluciones. Sí, era un propulsor atmosférico, que le otorgaba un talante y una personalidad muy racing, aunque hoy, con todo el mundo acostumbrado a motores turbo, se habría dicho que el coche corre poco. Y si, el cambio era manual de cinco relaciones.
Este motor tenía como base un bloque que ya se ofrecía en la gama, el cual, tuvo que ser modificado en diferentes elementos. Así, se cambió los colectores de admisión y escape, la distribución, el diseño de las cámaras de combustión y se aumentó la relación de compresión hasta 11:1.
Solo hubo una entrega del Renault Twingo RS. Una verdadera lástima, porque este coche, a pesar de su tamaño y del diseño de su carrocería, era un auténtico deportivo para carreteras ratoneras.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS