Uno de los vehículos más comunes en la Europa de posguerra fue el motocarro. Sencillo, económico y sobre todo muy práctico para el día a día de los pequeños autónomos, este ocurrente híbrido entre furgoneta y motocicleta cosechó el favor de millones de usuarios que, en aquellos años, aún no podían permitirse modelos como la Citroën AZU. En el caso de España aquel fenómeno fue especialmente intenso, con un mercado empobrecido muy alejado del automovilismo y, por tanto, abundante en motocarros y triciclos de marcas como ISO, ROA, Moto Vespa o Clúa. En el caso británico, el protagonista fue el Reliant Regal. Eso sí, como buen ejemplo de su cultura nacional no dejó de tener un punto de excentricidad.
Y es que, mientras en países como España, Italia o Francia los vehículos con tres ruedas iban desapareciendo al compás de la popularización del automóvil, en el Reino Unido el Reliant Regal no sólo perduró, sino que incluso fue sustituido por el Robin para seguir en producción hasta los años ochenta. Es decir, de alguna extraña manera este vehículo con gran propensión al vuelco le había caído bien a los británicos. Algo indudablemente excéntrico pero, al tiempo, cargado con ciertas razones relativas a la meteorología o la economía de uso. Así las cosas, gracias a haber estado en producción desde 1952 hasta 1973, aún resulta común ver unidades de este modelo en concentraciones e, incluso, áreas rurales donde siguen dando servicio a sus propietarios.
Pero vayamos por partes. Para empezar no deja de ser interesante detenerse en la historia de Reliant. Fundada en 1935, esta empresa se enfocó hasta su cierre el pasado 2002 en vehículos destinados a nichos de mercado muy concretos. Es decir, lejos de intentar hacerse un hueco en los disputados segmentos B, C o D, su interés estuvo en producir pequeños microcoches en materiales ligeros como la madera o la fibra de vidrio, apostando las más de las veces por triciclos como el Regal. Una vía de trabajo que no le impidió, en los años sesenta, producir bajo licencia el Sabra Sport. Un ligero roadster con base Ford que fue el primer automóvil deportivo diseñado en Israel.
En la Europa de la posguerra los motocarros fueron una opción fiable y económica para millones de pequeños autónomos. No obstante, el Regal fue un paso más allá dando visos de microcoche a aquellos vehículos derivados de motocicletas
Reliant Regal, un museo de materiales
Más allá de argumentos subjetivos como un cierto gusto por la excentricidad, lo cierto es que el Reliant Regal guarda ventajas objetivas para entender su éxito, con cerca de 70.000 unidades vendidas. La primera de ellas es la de poder ser conducido con la licencia británica A. Es decir, un permiso relativo a las motocicletas. Además, en un territorio tradicionalmente tan lluvioso como las Islas Británicas ir bajo techo supone un evidente punto positivo respecto al uso diario de la motocicleta.
De esta manera, es fácil entender porqué el Reliant Regal pudo abrirse hueco en un país donde muy poca gente usa el ir a dos ruedas como una opción creíble para acudir a su puesto de trabajo. Más allá de esto, también está la cuestión del consumo. Bastante reducido gracias a la acción conjunta de un peso ligero y una gama de motores entre 600 y 800 centímetros cúbicos y potencias situadas en la horquilla de los 25 CV a 30 CV.
Respecto al chasis, era tan rudimentario que durante los primeros años de producción del Reliant Regal éste se hizo incluso en madera. De hecho, el armazón básico del vehículo era de este material hasta que, en 1962, cambió al uso del acero. Momento en el que, debido al incremento de los precios del aluminio durante toda la década de los cincuenta, los paneles pasaron a ser de fibra de vidrio.
Gracias a ofrecer en diversos tipos de carrocería, este vehículo podía ser un aliado del repartidor, una montura recreacional para el fin de semana o una manera de llegar seco al trabajo
Un material que entró con fuerza entre los fabricantes minoritarios británicos, debido a su ligereza y mayor facilidad de manejo frente a las chapas tradicionales. Así las cosas, el Reliant Regal se fabricó en diversas carrocerías a fin de adaptarse a usos muy diversos. Obviamente estaba la versión canónica para el día a día, con su tradicional aspecto de coche mutilado. Pero también se encontraban la furgoneta e, incluso, una llamativa y divertida variante descapotable. Más motivos para entender cómo y por qué el Reliant Regal ha permeado tanto a la cultura popular británica.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS