A primera vista, el Pininfarina Chronos no parece más que otro de los prototipos creados por iniciativa propia de este carrocero. Es decir, un ejercicio de diseño más en la larga lista atesorada por el estudio italiano. Sin embargo, cuando se va analizando poco a poco aparecen los nombres de Lotus, Opel y General Motors. De esta manera, vemos que las cosas no son tan sencillas. Menos aún al adivinar que bajo la piel de este prototipo se esconden la base y la mecánica de una de las berlinas deportivas más excitantes de todos los tiempos. Así las cosas, lo mejor sin duda será ir por partes.
Veamos, para empezar tenemos que situarnos a mediados de los años ochenta. Un momento en el que la histórica Lotus se encuentra con las estanterías tan llenas de trofeos como vacías tiene las arcas. Además, Colin Chapman había fallecido en 1982 azuzado por las polémicas financieras en su catastrófica asociación con John DeLorean para la fabricación del icónico modelo con puertas de apertura vertical. Llegados a este punto, siquiera los numerosos trabajos de ingeniería hechos para fabricantes masivos pudieron salvar la independencia de Lotus, cayendo en manos de la gigantesca General Motors en 1986.
A partir de aquí, el pequeño fabricante británico estuvo en manos americanas durante los siguientes siete años. Un tránsito de tiempo donde dejó su huella en modelos tan significativos como el Lotus Omega. Consistente en llevar un paso más allá al buque insignia de Opel – la principal marca de GM en Europa – , este diseño se basó en la base de la versión 3000 potenciando su motor de seis cilindros hasta los 380 CV con 560 Nm de par. Todo ello gracias a ganar 600 centímetros cúbicos sobre los tres litros del bloque original con seis cilindros, al cual se le aplicaron dos turbocompresores Garret.
Pininfarina vio la posibilidad de crear un Corvette europeo y por ello, usando la base del Lotus Omega, ofreció este proyecto a la General Motors
Pininfarina Chronos, rizando el rizo
Con aquellas modificaciones tan prestacionales, cuando en 1990 apareció el Lotus Omega éste se convirtió automáticamente en el as de las autopistas. Una berlina deportiva que rivalizaba – e incluso superaba en no pocos aspectos – a la emblemática M5. No obstante, Pininfarina pensó que esto podía llegar a dar aún más de sí al utilizarlo como base para una versión coupé a la que se dotaría de una carrocería lo más moderna y estilizada posible.
Algo que no era nada fantasioso respecto a ser llevado a serie. Al fin y al cabo, usando la base mecánica del Lotus Omega se podía generar un coupé de altas prestaciones capaz de rivalizar con los 911 y los Ferrari pertenecientes a las gamas de acceso. Un nicho de mercado en el que el Pininfarina Chronos quería representar una alternativa menos costosa pero igualmente emocionante, siendo una especie de Corvette a la europea.
Además tenía razones para ello. Y es que, con sus 1.500 kilos la relación peso / potencia estaba en unos 3,9. Lo cual era más eficiente que lo arrojado por un 911 Turbo – 4,5 – o un Ferrari 348 – 4,7 – . De esta manera, el carrocero italiano estuvo casi seguro de poder convencer a la General Motors de cara a que su proyecto fuera llevado a serie, añadiendo como atractivo deportivo unos nuevos ajustes en la caja de cambios – procedente precisamente de un Corvette ZR-1 de 1990 al igual que la montada en el Lotus Omega – responsables de dejar muy cortas y nerviosas las cinco primeras marchas, reservando la sexta para las velocidades de crucero más altas.
General Motors rechazó la idea, pero ésta es muy interesante tanto vista desde el apartado mecánico como desde el comercial
Con todo ello y unas suspensiones taradas de forma más dura y agresiva que en la berlina usada como base, el Pininfarina Chronos ofrecía a GM la posibilidad de contar en su gama con un modelo de prestigio enfocado a vivir la conducción deportiva en estado puro. Algo que, desgraciadamente, parecía no entrar en los planes del gigante norteamericano, rechazando la propuesta de los italianos desde el primer momento. No obstante, el Chronos queda ante la historia como un buen ejemplo de la pericia técnica de Pininfarina, la cual no sólo sabe crear diseños referenciales sino también asentarlos sobre base extraordinariamente ajustadas.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS