Coche del día: Peugeot 406 2.2 HDi

Coche del día: Peugeot 406 2.2 HDi

Un clásico sedán con un gran talante rutero


Tiempo de lectura: 3 min.

Cuando haces las cosas bien, mejorarlas suele ser complicado. Sin embargo, en el mundo del automóvil, hay que mejorar con cada lanzamiento, siempre que se quiera lograr un buen resultado comercial. Peugeot se vio en esta tesitura a mediados de los años 90, cuando llegó el momento de reemplazar al 405, aunque consiguieron salir del atolladero con mucha soltura al poner en el mercado al Peugeot 406.

Ocurrió en 1995 y a simple vista, cambiaba bastante con respecto a su antecesor, aunque mantenía ciertos rasgos que lo unían. En todo lo demás, el 406 mejoraba al 405, sobre todo en cuanto a diseño, ergonomía y calidad interior, algo imperiosamente necesario no solo por lo que decíamos antes, sino porque el segmento de los sedanes de tamaño medio era una parcela de mercado muy competida a mediados de los 90. El Peugeot 406 tendría que verse las caras con el Citroën Xantia, con el Opel Vectra B o con el Renault Laguna, es decir, no tendría una vida fácil.

peugeot 406 2 2 hdi (3)

Con unas líneas equilibradas y unos volúmenes bien planteados, el Peugeot 406 resultaba un sedán clásico, la viva imagen de Peugeot en los años 90, un fabricante conservador, pero que imprimía a sus coches unas capacidades ruteras por encima de la media. Esto es, básicamente, que la carretera era el lugar natural para cualquier Peugeot, una afirmación especialmente cierta cuando hablamos del Peugeot 406 2.2 HDi.

El sedán francés apareció cuando el auge de los motores turbodiésel empezaba a coger fuerzas y todos los fabricantes empezaban a invertir una buena cantidad de presupuesto en el desarrollo de estas mecánicas. Los HDi fueron la respuesta de Peugeot a los TDI de Volkswagen, y el éxito de estas mecánicas fue inmediato, sobre todo en coches como el Peugeot 406. Además, cabe destacar que pocas opciones motoras hay mejores que un diésel para viajar por carreteras, muy pocas. Si a eso le sumamos que el 406 era uno de los modelos más cómodos de su categoría, el resultado estaba claro: los viajes con el modelo francés era los mejores, o casi, entre sus iguales.

peugeot 406 2 2 hdi (2)

Dinámicamente, todo en el Peugeot 406 estaba enfocado al confort, con una suspensión suave. lejos de lo que se hace actualmente, que se ha encontrado un buen equilibro entre confort y control de la carrocería. Con el motor tampoco se buscó ofrecer unas prestaciones de escándalo, sino suavidad, unas prestaciones decentes y unos consumos ajustados. Destacó por silencio de marcha y por las pocas vibraciones que llegaban al habitáculo –buena insonorización y árboles de equilibrado bajo el cigüeñal–.

El motor, un cuatro cilindros en línea de 2.179 centímetros cúbicos, anunciaba 136 CV a 4.000 revoluciones y una buena cifra de par de 314 Nm a 2.000 revoluciones. Era un motor “common rail” y eso le hacía suave y elástico, gracias también al turbo de geometría variable. Peugeot fue una pionera con este motor e instaló un filtro de partículas y homologaba un consumo de 6,4 litros cada 100 kilómetros. Hoy puede parecer una cifra de lo más normal, cualquier híbrido la consigue, pero en aquellos años era muy interesantes.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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David

Yo tengo mi Peugeot 406 con 538.630 Kilómetros y estoy tan contento


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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