Coche del día: OPEL GT2

Coche del día: OPEL GT2

Creado con la Crisis del Petróleo como telón de fondo, este biplaza podría haber sido el sustituto del elogiado GT de 1968


Tiempo de lectura: 4 min.

Si hoy en día pensamos en Opel, no tendremos en mente una marca demasiado arriesgada en sus propuestas. Es más, sus automóviles son correctos, adecuados. Pero no especialmente experimentales o, siquiera, llamativos. Sin embargo, eso no ha sido así siempre. Ya que, no en vano, históricamente ha conseguido atrapar la atención de forma periódica gracias a algún modelo tan aislado como interesante. En este sentido, quizás la última sorpresa fue el Opel Speedster desarrollado junto a Lotus. Un biplaza deportivo al cual podemos enmarcar en una línea frágil pero constante en la que también aparecen el Opel GT de 1968 o el prototipo Opel GT2 de 1975. Pero vayamos por partes.

Para empezar, el Opel GT sorprendió al mercado gracias a sus líneas sinuosas y deportivas. Un envoltorio seductor bajo el cual se encontraba un biplaza ligero y relativamente asequible, con el cual entender la deportividad en un sentido más relativo al manejo y el paso por curva que a la pura potencia de modelos mucho más superiores. Así las cosas, el exotismo de este modelo en medio de la gama del fabricante alemán – punta de lanza de General Motors en Europa – se entendía desde la imagen de marca pues, al fin y al cabo, sus ventas representaron poca cosa para el departamento de finanzas.

De todos modos, la situación cambió cuando en 1970 se lanzó al mercado el primer Manta. Claramente posicionado como una alternativa frente al Capri – el cual era a su vez la alternativa de Ford Europa a los deportivos populares de los fabricantes continentales – , este nuevo diseño de Opel presentó versiones prestacionales desde el primer momento. De hecho, en el Reino Unido llegó a ofrecerse la Turbo A. Toda una declaración de intenciones respecto a lo que, años más tarde, habría de popularizar Renault con sus compactos deportivos. No obstante, lo cierto es que una vez acabada la vida comercial del GT en 1973 la marca alemana se encontraba sin un verdadero modelo halo. Sin un biplaza capaz de seducir desde la primera mirada y, lo que es más importante, carente de conexiones visuales obvias con ningún coche que se pudiera ver fácilmente en el día a día.

opel gt2 (2)

La apertura corredera de sus puertas era un alarde de estilo que, sin embargo, seguramente plantearía no pocos riesgos a la hora de poder salir airoso del habitáculo tras un accidente. El mismo problema que tuvo el DeLorean entre otros muchos fallos de diseño y producción

Opel GT2, un diseño futurista para la Crisis del Petróleo

En 1973 se produjo una de las mayores turbulencias jamás registradas por el automovilismo. Hablamos de la primera crisis del petróleo, la cual no sólo tuvo un impacto evidente en la economía, sino también en la forma y manera bajo la cual se diseñaban los automóviles. De repente, multitud de ingenieros antes despreocupados tomaron conciencia sobre la necesidad de ahorro incluso en los segmentos más exclusivos – hasta el Citroën SM con motor Maserati fue uno de los arrasados por la situación – , todo ello con claras consecuencias tanto en mecánica como en aerodinámica.

Dos ámbitos en los que el Opel GT2 de 1975 puso un especial cuidado. En primer lugar, las líneas rectilíneas – como mandaban los cánones de los setenta, en clara contraposición a todo lo representado por el GT de los sesenta – de este prototipo actuaban como una cuña contra el viento, logrando un coeficiente aerodinámico de tan sólo 0,32 Cx. Algo que, junto a la mecánica de 1,9 litros y 105 CV extraída del Manta lograba una media de 7,5 litros cada cien kilómetros.

opel gt2 (1)

La idea de ofrecer un biplaza futurista sobre la popular mecánica de un Manta no hubiera tenido especial recorrido comercial pero, al mismo tiempo, sí hubiera dado una más que interesante y beneficiosa imagen de marca a Opel

Sin duda una cifra poco impresionante si la cotejamos con las ofrecidas por otros ejercicios de diseño más enfocados al ahorro energético, aunque al mismo tiempo bastante adecuada para un deportivo no muy ligero de mediados de los setenta. No obstante, finalmente el Opel GT2 nunca llegó a la producción en serie. Es más, resulta harto probable que esta opción nunca estuviera encima de la mesa en ningún momento. No en vano, al poco aparecerían versiones más perfiladas del Manta con un aspecto realmente llamativo. Todo ello allanando el terreno para la aparición del Calibra a finales de los ochenta.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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