El Opel Corsa 1.7 DI representaba, allá por comienzos del siglo XXI, el escalón de acceso a la gama diésel. Hablamos de la tercera generación del utilitario alemán, aparecido en el año 2000 plagado de novedades. Fue un enorme salto con respecto a la generación anterior en todos los apartados, lo que permitió que se colocara como una opción muy interesante frente a la competencia.
A comienzos del siglo XXI, el segmento de los utilitarios estaba muy animado, con diferentes lanzamientos de cierto peso. Entre ella, la tercera generación del Corsa, el que fuera el superventas de la firma durante décadas. Destacó por cosas como una amplia dotación de seguridad, que en aquellos tiempos, en el acabado Comfort – uno de Ios más accesibles–, presumía de la presencia del doble airbag frontal, cinturones con pretensores y limitador de esfuerzo, reposacabezas delanteros de tipo activo, así como airbags laterales y ABS en opción y a precios, en aquella época, accesibles.
Con un precio de 1.832.000 pesetas, el Opel Corsa 1.7 DI, y un equipamiento como el mencionado, se adentraba en la dura batalla que comenzaba entre los utilitarios diésel. Como se ha comentado al inicio, era la versión de acceso a la gama de gasóleo del Corsa, por encima se ofrecía otra más potente, aunque tampoco mucho más. Una versión que, según las pruebas de la época, destacaba por un consumo bajísimo.
Entre los de su clase, el Corsa 1.7 DI era uno de los pocos que podía presumir de un motor turboalimentado. Se trataba de un cuatro cilindros de 1.686 centímetros cúbicos con turbo de geometría fijo y bajo soplado, que rendía 65 CV a 4.400 revoluciones y 13,3 mkg – unos 130 Nm– a 2.200 revoluciones. Unos datos que lo posicionaban frente a rivales atmosféricos como el Peugeot 206 1.9D o el SEAT Ibiza 1.9 SDi, a los que, según siempre pruebas de aquellos años, superaba en finura, ofrecía un mejor reprís y una mayor facilidad para subir de régimen.
Los motores diésel llegaron a dominar el mercado en todos los segmentos y el Opel Corsa 1.7 DI demuestra, con su paupérrimo consumo y sus aceptables prestaciones, porque llegaron a tener tanta demanda
No era un coche rápido, como cabe esperar por las cifras de su motor; el 0 a 100 km/h lo completaba en 14,5 segundos y la velocidad máxima era de 162 km/h, pero lograba unos consumos muy, muy bajos. La revista Auto y diésel semanal, en una prueba publicada en julio de 2001, registró consumos de 5,67 litros de media, o cifras de 4,5 litros en carretera. Con un depósito de 44 litros, la autonomía era de nada menos que 726 kilómetros.
De suspensiones, por lo visto, iba un poco blando y en ocasiones, una “simple” junta de dilatación hacía rebotar un poco al eje delantero. También se criticó que, con asas como el cierre centralizado con mando, los elevalunas eléctricos, o la dirección asistida eléctrica de serie, Opel cobrara como extra los reposacabezas traseros o el equipo de sonido…
Cuando el Opel Corsa 1.7 DI llegó al mercado, solo había un coche que podía considerarse un rival directo: el Renault clio 1.5 dCi, que contaba con un turbodiesel common rail con la misma potencia del Corsa –en una de sus versiones, también hay otra con mayor potencia– y un precio de 1.896.000 puestas. El Ibiza SDi, por ejemplo, tenía un precio que superaba los dos millones.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS