El Opel Corsa 1.3 CDTi 90 CV es, quizá, una de las versiones del utilitario alemán con más tirón comercial en plena era los diésel. Rival directo de coches como el SEAT Ibiza 1.9 TDI 100 CV, el Corsa logró hacerse un hueco en el mercado y, en según que apartados, imponerse al mencionado modelo español, líder de la categoría, e incluso se permitía colocase como referencia
La cuarta generación del Opel Corsa rompió con todas las ediciones anteriores del modelo alemán y se presentó con un diseño infinitamente más atractivo, con unos niveles de acabado y calidad general muy elevados –a la altura de los mejores del segmento– y con unas cualidades dinámicas que permitieron un enfrentamiento directo con los gallitos del corral. Es cierto que hasta ese momento, el Opel Corsa siempre fue un coche muy correcto, pero para la ocasión ya no valía con ser correcto, había que ser bueno, había que ser ele mejor.
Una de las cosas las más importantes que estrenó el Opel Corsa en su camino hacia lo más alto, era el motor turbodiésel de 90 CV, un motor que estaba compartido con FIAT, pero que, sin embargo, nunca estuvo a la altura de los rivales más directos. Era un propulsor de 1.248 centímetros cúbicos y carrera algo larga –69,6 por 82 milímetros para diámetro y carrera respectivamente–, tenía inyección por raíl común, turbo de geometría variable e intercooler, para lograr 90 CV a 4.000 revoluciones y 20,4 mkg entre 1.750 y 2.500 revoluciones.
Comparado con el Corsa MK3, la cuarta generación presentaba un salto hacia delante descomunal, era mucho mejor en todo

El caso es que por debajo de las 2.000 revoluciones, el pequeño 1.3 CDTi era muy pobre en respuesta y para rematar la jugada, se combinaba con un cambio manual de seis relaciones con desarrollos muy largos –en quinta se iba hasta los 41,6 km/h a 1.000 revoluciones y en sexta hasta los 50,5 km/h a 1.000 revoluciones–. Hacia la conducción algo incómoda en ciudad, obligaba a reducir a poco que se quisiera ganar velocidad con dignidad –un adelantamiento, por ejemplo– y complicaba cosas tan sencillas como circular por autopista a velocidades legales en marchas largas –la revista Motor 16 afirmó en su momento, que circular a 100 km/h en sexta era muy complicado–.
No todo era malo en este propulsor, destacaba por finura de funcionamiento y por su refinamiento general, al igual que por consumos, que igualaba al imbatible 1.9 TDI de 100 CV con una media de 6,1 litros cada 100 kilómetros –registros obtenidos por la revista Motor 16, la marca declaraba 4,8 litros de media cada 100 kilómetros–. Y en cuanto a prestaciones, nada que objetar si se tiene en cuenta el cubicaje, la potencia y los descabellados desarrollos de la transmisión.
La velocidad máxima era de 172 km/h, mientras que el 0 a 100 km/h se completaba en 13,8 segundos y los 1.000 metros con salida parada en 35,5 segundos. Las recuperaciones en sexta eran tirando a malas y recorría, por ejemplo, 1.000 metros desde 50 km/h en 51,1 segundos. El 80 a 120 km/h, también en sexta, necesitaba 22,6 segundos.
Obviamente, que el motor no lograra enfrentar a sus rivales directos con mayores argumentos no quiere decir que el Opel Corsa 1.3 CDTi fuera un mal coche. Por chasis, estaba sobrado de estabilidad o de capacidad de reacción, al igual que los frenos eran potentes y la ergonomía del habitáculo estaba muy cuidada.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS