Coche del día: Mitsubishi Colt CZC 1.5 16v

Coche del día: Mitsubishi Colt CZC 1.5 16v

Aunque fue diseñado por Pininfarina, no era especialmente agraciado estéticamente


Tiempo de lectura: 3 min.

El Mitsubishi Colt CZC es la respuesta del fabricante japonés, a la moda que se instauró en el mercado de ofrecer una carrocería descapotable, con techo metálico plegable, en el segmento de los utilitarios. No obstante, no fue un trabajo de Mitsubishi, en realidad la firma japonesa se lo encargó a Pininfarina, mítico estudio de diseño que, seamos sinceros, no hizo su mejor obra pues no son pocos los que pondrían al Colt CZC entre los descapotables más feos.

Allá por el año 2001, en Peugeot creyeron que era buena idea “copiar” la idea del Mercedes SLK y aplicarla a un utilitario. Así nació el Peugeot 206 CC y ciertamente, fue un éxito, tanto, que se proliferó una serie de modelos con este tipo de carrocería en años siguientes: Nissan Micra C+C, Opel Tigra Twin y Opel Astra TwinTop, Renault Mégane CC, Ford Focus CC, Peugeot 307 CC y 308 CC, el Peugeot 207 CC y el Mitsubishi Colt CZC. Había otros como el BMW Serie 3 Cabrio, que adoptó igualmente un techo metálico plegable o el BMW Z4.

Fue un notable aumento de dicha solución que llegó a niveles muy altos, como el Mercedes SL R230 o el Lexus SC430, aunque la mayor popularidad se quedó en el segmento de los urbanos, uno de las parcelas de mercado que mayor éxito acaparó, pues no debemos olvidar que siempre fueron los más baratos. Sin embargo, no todos contaron con la misma aceptación, sobre todo por cuestiones de estética. El diseño de éstos coches estaba muy condicionado por el espacio necesario para guardar la capotas y por el tamaño de la misma capota, lo que, en ocasiones, provocaba una imagen un tanto extraña cuando el techo estaba puesto.

Salvo por pequeños detalles como el tapizado, el habitáculo del Colt CZC era idéntico al de cualquier otro Mitusbishi Colt de la gama

Mitsubishi Ccolt CZC 1 5 16v (2)

Eso, entre otras cosas, le ocurría al Mitsubishi Colt CZC, su imagen era un tanto particular con el techo puesto, aunque, todo hay que decirlo, fue Pininfarina a quien se encargó el diseño y la fabricación del Colt descapotable. Desarrollaron un techo muy silencioso y suave, aunque no especialmente rápido –tardaba 22 segundos en plegarse o volverse a poner–, pero no lograba un buen equilibro de formas y volúmenes. No obstante, sí merece la pena destacar que, con el techo puesto, el maletero tenía nada menos que 460 litros de capacidad, mientras que con el techo quitado bajaba hasta los 250 litros, que aún así, se mantienen en una cifra respetable para el tipo de coche que es. Y, por supuesto, hay que olvidarse de las plazas traseras, que son muy pequeñas.

La opción “de acceso” del Mitsubishi Colt CZC, la más popular, tenía un motor de 1,5 litros y 16 válvulas que no era especialmente potente, aunque si hacemos caso a la prensa, presentaba cierto carácter. Concretamente, era un bloque de 1.499 centímetros cúbicos con cuatro válvulas por cilindro y dos árboles de levas, que rendía 109 CV a 6.000 revoluciones y 145 Nm a 4.000 revoluciones, combinado con cambio manual de cinco relaciones. Sobrecalzado con unas gomas 205/45 R 16V, sus prestaciones no eran especialmente altas, aunque tampoco se podían considerar limitadas. El 0 a 100 km/h lo completaba en poco más de 10 segundos, el 80 a 120 km/h en quinta lo hacía en 18,5 segundos y el consumo robaba los 7,5 litros cada 100 kilómetros –de media–.

En cuanto a comportamiento, si hacemos caso a lo que decían en la revista AutoBild –número 38, un reportaje algo retrógrado, todo sea dicho–, el Mitsubishi Colt CZC 1.5 16v tenía un comportamiento algo burgués, con unas suspensiones suaves y una tendencia a subvirar muy marcada, aunque era un coche agradable de conducir; un buen producto, cuyo precio de 19.000 euros –de 2006– lo situaba en la media del mercado.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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