En el mundo de los clásicos y preclásicos resulta muy recurrente establecer debates que versen sobre cómo tal o cual modelo maximiza sus prestaciones en clave de sensaciones. De esta manera, los apasionados de la conducción deportiva inciden en la enorme diversión que modelos de mecánica poco potente como el Alpine A108 pueden ofrecer en tramos de curvas, mientras que los más proclives a los grandes viajes devorando kilómetros señalan las virtudes de los grandes cubicajes al estilo americano. No obstante, también hay una gran cantidad de aficionados que buscan un vehículo capa de emocionarlos por su fiabilidad y calidad de construcción. Terrenos en los que el Mercedes W124 Diésel suele salir a colación como uno de los clásicos recientes a los que poder colgar el título de “ irrompibles “.
Un adjetivo que, al fin y al cabo, no debe ser tomado con literalidad absoluta. En primer lugar porque toda máquina acaba viendo el fin de se vida útil por excelentes que sean los materiales con los que se haya hecho. Y en segundo porque, aunque parezca mentira dados los niveles de calidad en la Mercedes de los ochenta, existen casos concretos pero dignos de tener en cuenta sobre unidades que no salieron de fábrica con la terminación esperada. No obstante, excepciones que confirman la regla general aparte, lo cierto es que el Mercedes W124 Diésel es uno de esos coches a los que se le pueden hacer decenas de miles de kilómetros sin encontrar más problemas que los propios del lógico y necesario mantenimiento.
Todo ello con un reseñable confort de marcha, siendo precisamente éste su encanto más reseñable casi cuatro décadas después de su aparición en 1984. Perteneciente al segmento E – es más, se le considera el prólogo necesario a la manida Clase E, aparecida como tal en la trasera de los modelos para 1993 – , su alto precio de salida no impidió que fuera todo un éxito de ventas para la marca alemana, ofreciéndose tanto en versiones gasolina como diésel donde el uso del turbocompresor, la carburación o la inyección se combinaban para crear una amplísima gama de motores en la que ir de los 75 CV a los 381 CV. Así las cosas, sin duda el Mercedes W124 necesita de toda una serie de artículos para él sólo.
Hoy en día es uno de los modelos más destacados por los aficionados a los vehículos caracterizados por la fiabilidad y la resistencia
Mercedes W124 Diésel, el triunfo de la resistencia
Como hemos comentado anteriormente, entre los aficionados más querentes por las máquinas resistentes el Mercedes W124 Diésel es una pieza muy a tener en cuenta. Pero, ¿cuál es la más destacable de entre todas las versiones con este tipo de ciclo? Y es que, cuando se presentó la gama del W124, ésta se abría por la parte baja con un cuatro cilindros en línea de 1.997 centímetros cúbicos capaz de entregar 75 CV a 4.600 revoluciones por minuto con un par motor de 126 Nm.
Esta variante más modesta se bautizó como 200D en base a su cilindrada, de la cual se saltaba a la de 2.497 centímetros cúbicos definitoria de de los 250D y 250D. Este último con turbocompresor, elevando la potencia de sus cinco cilindros hasta los 126 CV y un par motor de 231 Nm. Cifras bastante más respetables, aunque la que se se tiene como la versión mas icónica del Mercedes W124 Diésel es la 300D. Ya con un bloque de seis cilindros en línea y 2.996 centímetros cúbicos.
En su primera aparición con 109 CV y un par motor de 185 Nm, elevándose hasta los 113 CV y 191 Nm en la actualización de 1989. Además, en 1993 el empuje de las 24 válvulas frente a las 12 de antes hizo que el Mercedes W124 Diésel 300D llegase hasta los 136 CV para rendir así la que, mayoritariamente, es la versión más apreciada del modelo entre los coleccionistas. Eso sí, con permiso del 300D Turbo de 1985. Capaz de transmitir 143 CV al eje trasero o, si se escogía la opción 4MATIC, a ambos.
Su amplia gama de motorizaciones también se reflejó en la oferta diésel, donde el 300 D destacó como la versión más icónica con el tiempo
Por cierto, los consumos apenas llegaban a los 7,9 litros en ciclo combinado fijándose además en las unidades más prestacionales. Es decir, más allá de su sempiterna calidad de fabricación, el Mercedes W124 Diésel fue además una de las berlinas de alto precio con un gasto de combustible más contenido de la época. Así las cosas, no es de extrañar que los que se emocionan no tanto por las prestaciones sino por la calidad técnica de un modelo tengan en éste un referente. En fin, la consecuencia de dar carta blanca al equipo de ingenieros en lo que se refiere a los costes de desarrollo de un nuevo automóvil.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.143cv el turbo diesel, y después de la última actualización, entregaba 147cv
Cómo está en coche del día el W 123 gasolina 4 cilindros 1977
Y ojo al diseño…creo que no hay nada o casi nada más atemporal que un W124. Uno de origen bien cuidado, eso si, con los intermitentes blancos, no se percibe como un trasto viejo entre el tráfico actual.