Coche del día: Mazda 3 (BK)

Coche del día: Mazda 3 (BK)

La primera generación del compacto japonés se basaba en la plataforma del Ford Focus


Tiempo de lectura: 3 min.

La primera generación del Mazda 3 apareció hace ya una buena pila de años. Se puso en circulación en 2003 y nació como resultado de un acuerdo de colaboración entre Mazda y Ford, de donde también salió, por ejemplo, el Volvo S40. El objetivo era ocupar el hueco dejado por el Mazda 323 y al mismo tiempo, evolucionar en el segmento de los compactos, donde la compañía japonesa no tenía tanto peso como en otros segmentos.

En Europa, los compactos eran el pilar de ventas para muchos fabricantes y la batalla por las ventas era realmente encarnizada. A finales de los 90 pareció, posiblemente, la que fue una de las mejores generaciones de dicha categoría y evolucionó durante algunos años hasta que los SUV les robaron el protagonismo. Es en esa época cuando aparece el Mazda 3 sobre la plataforma de Ford –la plataforma del Ford Focus, así que la base era buena, todo sea dicho– con motores gasolina y diésel, aunque estos últimos se cogían del banco de órganos de la compañía norteamericana.

La era diésel supuso la explosión en la evolución de la tecnología turbodiésel, pero todavía había lugar para motores de gasolina, y además, atmosféricos. Encontrar un cuatro cilindros atmosférico alimentado por gasolina, es un poco odisea en lo que podríamos llamar la era híbrida, pero a comienzos del Siglo XXI era bastante normal. De hecho, el Mazda 3 se ofreció con dos opciones gasolina atmosféricas de lo más tradicional en el segmento: 1,6 y 2,0 litros.

El poder disponer de la plataforma de la segunda generación del Focus, fue lo mejor que le pudo pasar a Mazda

Mazda 3 (BK) (2)

Como se podrá imaginar, el más interesante es el 2.0 16 válvulas, un motor con 1.999 centímetros cúbicos, distribución convencional –sin variador de fase–, cotas casi cuadradas –87,5 por 83,1 milímetros para diámetro y carrera– e inyección, capaz de rendir 150 CV a 6.000 revoluciones y 19,1 mkg a 4.500 revoluciones, 187 Nm de par. La revista Autovía, en su número 164, publicó una prueba del Mazda 3 firmada por Arturo de Andrés, en la que pudieron corroborar casi al dedillo los datos publicados por la compañía. Fueron 150 CV a 6.140 revoluciones y 18,8 mkg a 5.150 revoluciones.

Arturo de Andrés decía que resultaba difícil encontrar un coche en su segmento como el Mazda 3 2.0 Sportive que sea tan atractivo y tampoco era sencillo encontrar otro con sus prestaciones a un precio similar –descontando los VAG con motor turbo–. Pero sobre todo, destacaba su comportamiento dinámico y lo colocaba, según sus propias palabras, “en lo más alto de la pirámide”, al igual que en la cuestión de acabados o diseño del habitáculo.

Mazda se aplicó concienzudamente en el desarrollo de su compacto, pues se adentraba en uno de los segmentos más complicados de Europa y pretendía colocarse en buena posición. Y lo hizo, el coche fue un éxito, pues tampoco era un coche especialmente caro comparado con sus rivales. Sirva de ejemplo los 19.500 euros que costaba el Mazda 3 2.0 Sportive en el año 2003.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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