Es posible que no le veas atractivo alguno al Matra 530, aunque ya se sabe que para gustos están los colores. Pero si te dejas llevar únicamente por su imagen, estarás dejando pasar un clásico con aptitudes para sacarte una sonrisa cada vez que lo saques del garaje. Además, tiene el honor de ser el primer coche diseñado internamente por la empresa.
Allá por 1965, el director ejecutivo de Matra, Jean-Luc Lagardère, decidió que su empresa debía fabricar su propio automóvil deportivo, un coche orientado a ser conducido por vías públicas. El anterior modelo que fabricó Matra, el Djet, en realidad era una colaboración con René Bonnet y estaba destinado a competir, por eso montó el motor en posición trasera central; y por si alguien no lo sabe, fue el primer coche “de producción”, en usar esa configuración.
En el caso del Matra 530, cuyo nombre se tomó prestado del misil R.530 que fabricaba Matra –era una compañía de producción de armas, entre otras cosas–, se basaba en un chasis de acero vestido con una carrocería poliéster, mientras que el propulsor se colocaba, como en el Djet, en posición trasera central. Motor que proporcionaba Ford, un V4 de 1.700 centímetros cúbicos muy compacto, que permitió diseñar un habitáculo para cuatro ocupantes –ocupantes que no deberían ser muy grandes, por cierto–.
Corría el año 1967 y los pequeños coches de talante deportivo y construcción ligera habían empezado a proliferar en el mercado. El Alpine A110 es uno de sus representantes más famoso y también más radical que el pequeño Matra 530, por si alguien lo dudaba. Sin embargo, que nadie piense que el 530 no era un coche eficaz, pues estaría totalmente equivocado. Nació para ser deportivo, aunque la idea inicial de Matra era atraer a usuarios jóvenes, incluso a familias, que buscaran un coche deportivo.
El Matra 530 es un coche bastante exótico, pero se fabricaron más de 9.000 unidades
El diseño del Matra 530 corrió a cargo del ingeniero Philippe Guèdon, quien había dejado Simca, bajo unas sencillas directrices: tenía que imaginar un deportivo de cuatro plazas y techo desmontable, que debería venderse por un máximo de 10.000 francos –el Djet se vendió por 16.900 francos–. Y no fue una tarea fácil, pues los primeros bocetos fueron rechazados, aceptando el trabajo de Jacques Noche, otro diseñador de Simca que recibió el encargo y lo dibujo discretamente durante su tiempo libre.
Cuando se presentó, lo llegaron a comparar con el Lotus Elan 2+2 y, ciertamente, tiene cierto parecido tanto en su diseño como en su configuración. De hecho, ambos coches eran muy ligeros, lo que permitía que los 70 CV del Ford V4 fueran más que suficientes.
En el salón de Ginebra de 1970, Matra presentó el 530 LX, una evolución del coche cuyo diseño había sido retocado por Giovanni Michelotti, que fue seguida del Matra M530SX, el cual, representaba una opción más económica con techo fijo y solo dos asientos. Todos animados, por cierto, por el mismo Ford V4. Se dejó fabricar en 1973 tras alcanzar 9.609 unidades y su lugar fue ocupado por el Matra Bagheera.
Resulta un poco complicado encontrar pruebas del Matra 530 de la época, pero la revista Cuatroruedas, en su número 76 –abril de 1970–, lo enfrentó al Porsche 914 y al Opel GT, con resultados de lo más interesante. Por ejemplo, fueron capaces de ponerlo a 176,4 km/h, demostrando una estabilidad y una sensación de control sorprendentes –según las palabras del redactor, el Matra parecía susurrar a su conductor “duerme un poquito, que ya te avisaré cuando hayamos llegado”–. No obstante, también afirmaba que para seguir el ritmo de sus dos contrincantes, había que trabajar más con el volante, aunque no representaba un problema, ya que, y de nuevo según palabras textuales, “da naturalmente gusto”.
Acaba la comparativa diciendo que el Matra “es el éxito de pura sangre, no barato, pero económico y con larga vida. La carrocería de plástico no puede oxidarse, y el motor de Ford no es exigente”.
Si lo que te interesan son las prestaciones, ahí van unos datos: velocidad máxima de 175 km/h, 0 a 400 metros en 18,2 segundos, 0 a 1.000 metros en 34,6 segundos, 0 a 100 km/h en 14,6 segundos y 0 a 140 km/h en 34,7 segundos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS