Lexus es una firma japonesa de automóviles Premium ligada al fabricante Toyota. A finales de los 80 el fabricante nipón decide crear una firma Premium con destino a los Estados Unidos; de hecho LEXUS es el acrónimo de Luxury Export United Estates). La firma se afianza en este mercado hasta que decide dar el salto a Europa, el viejo continente es un mercado duro de roer. Ya en nuestro territorio es capaz de lograr cierta cuota de mercado; primero de la mano de importadores después, con presencia propia.
Lexus siempre ha puesto en valor el trato con el cliente, el confort y el sosiego por encima de cualesquiera otros atributos que pudieran atribuirse a un vehículo. De este modo creaba grandes automóviles, tremendamente confortables y silenciosos. Además, fue la primera firma Premium en abandonar los motores diésel, y solo vendió dos (IS 220d e IS 200d). Hasta que decidieron que necesitaban un vehículo halo y otro más aspiracional, pero con los pies en la tierra.
Esto dos modelos fueron el impresionante deportivo LFA, con un propulsor de 10 cilindros desarrollado conjuntamente con Yamaha; y la berlina deportiva el IS F, este con uve ocho de cinco litros de cilindrada en el que también participaría Yamaha. Esta es la semilla de la actual familia F, los modelos más deportivos y aspiracionales de la firma nipona.
Hoy el coche del día es el Lexus GS F, una de mis berlinas favoritas, se trata de un automóvil del segmento E en una versión más que interesante. Este equipa un propulsor V8 derivado del primer miembro de la familia F, pero actualizado para cumplir con las normativas y tener un aporte mayor de potencia y eficiencia. La berlina deportiva de Lexus explota de un modo diferente a la competencia este concepto, se acerca más al disfrute de la conducción que a marcar registros en un circuito. Se trata de un vehículo capaz con dos caras, una deportiva y otra confortable; pero nunca le da la espalda a ninguno de estos aspectos.
Como os comentaba, equipa un propulsor V8 de 5 litros capaz de aportar 477 CV de potencia, todos ellos dirigidos al eje posterior, donde se encuentra con un complejo diferencial controlado electrónicamente con diferentes modos de funcionamiento. También el coche tiene diferentes modos con los que poder ajustar el vehículo a las exigencias de cada momento, estos actuarán sobre la respuesta de los pedales, la dirección y la caja de cambios. El diferencial se puede controlar en función del modo seleccionado, incluso con un modo Track en el que prima la tracción por encima de todo.
Como podemos ver, no se trata de la berlina deportiva más radical, pero sí está a al altura tecnológica de la competencia. Además, es bastante pura. ¿Por qué digo esto? Pues porque ya no quedan apenas propulsores deportivos de aspiración natural y este lo es; porque se ha decidido recurrir a sistemas de tracción total en casi todas las versiones más radicales, este es simple; y porque este es un coche que transmite.
A cargo de la transmisión está una caja de cambios automática con convertidor de par relativamente rápida y eficaz que, a través de la levas, nos permitirá sentirnos algo pilotos. Al mismo tiempo, este es un coche que seguramente suponga una despedida y una bienvenida todo en uno.
Es una despedida a los coches de siempre con propulsores térmicos y ganas de sacarte una sonrisa de lo perfectamente imperfectos que son… Y una bienvenida a la nueva Lexus con toques más aspiracionales, más cercanos al estilo de vida; a una nueva movilidad.
Este es uno de esos coches que abruman por ser todo lo que quieres que sean sin caer en radicalidades extremas, además, tiene un primo-hermano como el RC F, que también apuesta por este concepto de deportividad para disfrutar; un concepto con el que podemos tener un deportivo capaz de llegar a casi todo. Un ejemplo es la ausencia de frenos carbonocerámicos, con la única presencia de unos de acero rayados y ventilados con grandes pinzas naranjas.
No es un coche para hacer tiempos en una pista, sino que es un vehículo creado exclusivamente con la idea de hacerte disfrutar curva tras curva; de un domingo en la pista y que te permite ir a trabajar todos los días, tras pasar habitualmente a echar gasolina.
Carlos Pascual
El olor a lubricantes y gasolina quemada han atraído a Carlos desde su niñez, por ello decide consagrar su vida a los coches: una forma de comunicarse, de disfrutar, de vivir.COMENTARIOS