Coche del día: Helem V6

Coche del día: Helem V6

Un Renault Spider preparado para Le Mans


Tiempo de lectura: 4 min.

No podemos negar que el Renault Spider, lanzado en la década de los 90, era un coche muy especial y muy radical. Pensar en algo semejante en nuestro tiempo no tiene ningún sentido, pero allá por 1996 todo era posible, no había tantas restricciones a los productos y en general, el mercado era mucho más interesante. También es cierto que no había una competitividad tan elevada como la hay actualmente y los gustos de los usuarios eran más amplios, lo que permitía abrir el abanico de opciones.

Aquel Renault Spider estaba animado por el 2.0 de 150 CV del Renault Clio Williams, un motor que quizá pueda parecer poca cosa actualmente, pero tampoco debemos olvidar que el Spider era un coche muy ligero, rondaba los 1.000 kilos, así que la relación peso-potencia no salía mal –6,9 kg/CV. Sin embargo, el motor podría ser una buena opción para rodar por carretera de montaña y disfrutar de unas sensaciones radicales, pero para competir en las 24 Horas de Le Mans, ciertamente, se quedaba “un poco corto”.

El Renault Spider no estaba pensado para correr en Le Mans, no era precisamente uno de los objetivos de Renault, pero a dos entusiastas, Jea-Michel Roy y Brian Johnson, los cuales formaron el equipo RJ Racing, se les ocurrió que podría ser una buena base para competir en una de las carreras de resistencia más complicadas del mundo. Así, se embarcaron en el desarrollo de un coche para la serie GT FFSA, que tomaba como base de partida el Renault Spider y que llegó a tener a la propia firma francesa involucrada. Incluso llegó a prometer una pequeña producción en serie.

helem v6

Bajo la denominación de Helem Renault V6 –Helem por la pronunciación de las siglas LM en francés– se comenzó a desarrollar un coche que acabaría, como suelen acabar estas cosas, olvidadas en un cajón. Se fabricaron algunas unidades, incluso para competición, pero todo quedó lejos del objetivo.

El Renault Spider era un coche muy radical, no tenía techo, las primeras versiones ni siquiera tenían parabrisas, apenas tenía equipamiento de confort, los asientos no tenían casi mullido… era un coche para amantes de la conducción, para puristas que buscaban las máximas sensaciones. Era, por así decirlo, el Lotus Elise de Renault, animado por un motor de cuatro cilindros atmosférico, montado en posición central en un chasis fabricado con aluminio y vestido con una carrocería de material compuesto.

Para crear el Helem Renault V6 se retiró la carrocería y se rediseñó por completo para transformarla en la carrocería de un coupé. Esto cambió radicalmente el aspecto del coche y por supuesto, también su aerodinámica. Se adoptó una configuración de berlinetta tan radical como el concepto inicial del Spider, pero como la denominación del coche indica, se retiró el cuatro cilindros y se optó en su lugar por un bloque V6. Concretamente, el V6 PRV del Alpine A610, un bloque de tres litros que recibía dos turbos para rendir, en las variantes de calle, 250 CV. En competición podría rondar los 300 CV o puede que algo más. Lo mejor de todo es que se mantuvo el peso muy a raya y se anunciaba 1.100 kilos.

ts07 helem

No obstante, durante 1997 Renault se embarcó en otra serie de proyectos, como el renacimiento de Alpine, y se retiró del proyecto. RJ Racing sigue con el proyecto, pero a partir de ese momento, desaparece el logo de Renault del coche y el coche pasa a llamarse Helem V6. Además, el diseño cambia poco a poco y se aleja de las formas originales del Renault Spider. A finales de 1997 el coche se completa y se pone a la venta por 350.000 francos.

El caso, como suele ocurrir, es que no hay demanda del coche, los clientes no se interesan y el proyecto, finalmente, acaba en un cajón. Tras esto, el proyecto pasa por diferentes manos y termina con Technical Studio Technology, que desarrollo un poco más el vehículo y le cambia el nombre a TS07 Helem. Se revisó, rediseño y reconstruyó el coche y se fabricaron algunas unidades.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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