Coche del día: Ford Mondeo 2.5 V6 Ghia

Coche del día: Ford Mondeo 2.5 V6 Ghia

La versión más potente del pre-restyling de la primera generación


Tiempo de lectura: 4 min.

El Ford Mondeo 2.5 V6 Ghia era el máximo exponente del sedán norteamericano, antes de que llegara el ST200, algo que no ocurriría hasta después del restyling. Una variante que llegó algo tardo, pero la espera valió la pena, pues no defraudó en ningún apartado. A menos eso es lo que decía la prensa de la época, claro.

Allá por 1994, Ford dio reemplazo al Sierra con un coche cuyo planteamiento fue totalmente diferente. Se dejó de lado la propulsión en favor de la tracción delantera; se abandonó el clasicismo técnico y de concepción para adoptar soluciones más avanzadas y adecuadas para los tiempos que corrían; se mejoró la calidad productiva en todos los apartados y se retiró del mercado la carrocería de tres puertas.

El Ford Mondeo, el resultado de todo el trabajo, era un coche que nada tenía que ver con el Ford Sierra, ni por talante ni por planteamiento, pero que logró ofrecer un equilibrio que pocos modelos de su categoría podían igualar. Una característica que le sirvió para ser líder de venta en su categoría en alguna ocasión, y que la puesta en escena del 2.5 V6 solo ayudó a reforzar.

Con el Mondeo 2.5 V6 Ghia, Ford se adentraba en un segmento que tenía sin cubrir: el de los sedanes medios con motores V6. Todos los rivales, o casi todos, tenían en la gama un motor de seis cilindros que si bien, no daba muchas ventas, sí otorgaba algo de imagen y prestigio al modelo. Este “nuevo” Ford Mondeo V6 solo se comercializaba con el acabado Ghia, que por lo general, era el más completo y lujoso de Ford.

Motor V6 atmosférico, cambio manual de cinco relaciones, carrocería sedán –también lo había con cinco puertas–… El Mondeo V6 era la representación del sedán medio típico de los 90 en su versión más lujosa y potente

Ford Mondeo 2 5 V6 Ghia (2)

El motor era un desarrollo nuevo, fabricado en las instalaciones que la marca tenía en Cleveland, y equipado con todas las técnicas más innovadoras que se podían encontrar en aquellos años. Además, era el primer motor fabricado en serie que usaba el proceso de función exclusivo de Cosworth, también era el primer seis cilindros con árboles de levas aligerados y para rematar, empleaba un evolucionado sistema de admisión de doble fase.

Todo eso permitía que, con 2.544 centímetros cúbicos, anunciara 170 CV –125 kW– a 6.250 revoluciones y 22,4 mkg –unos 220 Nm– a 4.250 revoluciones. Era la misma cifra de potencia que prometían algunos rivales con motores de tres litros y además, según la revista Automóvil, se contaba con el 90% del par entre 2.000 y 5.800 revoluciones; un rango de uso bastante amplio, que hacía de su conducción algo muy placentero. También, según las sensaciones de quien firmó aquella prueba, el señor Juan Collin, el V6 de 2,5 litros desarrollo por Ford era muy elástico, tenía un bonito sonido y destacaba por una ausencia total de vibraciones.

El Ford Mondeo 2.5 V6 Ghia no era un coche deportivo, ni siquiera lo pretendía, pero era suficientemente rápido para la época con sus 220 km/h de velocidad máxima y sus 30,06 segundos para los 1.000 metros con salida parada. Los consumos también se consideraron muy correctos, con cifras que rondaban entre los 8 y los 12 litros, algo más si la conducción era por el centro urbano o se exprimía al máximo el propulsor.

Con respecto a todo lo demás, se podría resumir diciendo, sencillamente: es un Mondeo. Mantenía el mismo agrado de conducción y el mismo equilibrio dinámico que el resto de versiones de la gama, pero con un añadido de potencia y suavidad. Lo mejor de todo es que Ford optó por una puesta a punto que otorgaba unas reacciones muy neutras y progresivas.

A modo de curiosidad, se decía que sus gomas, unos 205/50 ZR16 –en coche de la prueba, montaba el kit RS, que añadía unas llantas de aleación específicas, entre otras cosas, de serie tenía llanta de 15 pulgadas–, era muy grandes.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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