Coche del día: Ford Fiesta coupé 1.6 (MK5)

Coche del día: Ford Fiesta coupé 1.6 (MK5)

Un poco corto de potencia, pero lo suplía con un chasis referencia en su segmento


Tiempo de lectura: 3 min.

El Ford Fiesta 1.6 Coupé destacaba, en plena vorágine diésel, por un tacto y una entrega de potencia sumamente agradables, un consumo bastante contenido y un comportamiento referente en su categoría, algo normal en el Fiesta, todo sea dicho. Y además, era relativamente barato: 2.76.497 pesetas, 12.480 euros de comienzos de los 2000. Sin embargo, también destacaba por cosas como la ausencia de apoyo para el pie izquierdo… Algo tan básico como un apoyo para el pie del embrague aquí, brilla por su ausencia.

La quinta generación del Ford Fiesta presentó un notable salto frente a la anterior, y eso que la cuarta fue un coche bastante bueno. Sin embargo, Ford estaba en uno de sus mejores momentos, con productos bien resueltos, con una elevada calidad y un comportamiento en carretera de primer nivel. Pocos medios especializados hablaban mal del Fiesta cuando se trataba de conducir, se podían poner otras pegas, pero no esa. Era algo así como un Ford Focus más pequeño, aunque con un diseño interior menos original.

Aquella generación de utilitarios, la de comienzos de los 2000, destacaba por prestaciones, comportamiento y por oferta, aunque los motores turbodiésel se hicieron con el dominio de las ventas incluso en estos coches, donde menos lógica parecían tener. Aun así, la oferta gasolina siempre estuvo presente, a ninguna marca se le había ocurrido retirar del mercado las opciones de gasolina, habría sido pegarse un tiro en el pie.

Ford decidió llamar, oficialmente, “coupé”, a la versión de tres puertas, lo que afectaba negativamente a cosas como el seguro

Ford Fiesta 1 6 MK5 (2)

Una de las más interesantes de la gama Fiesta era el bloque 1.6 con culata multiválvulas, que, a pesar de quedarse ligeramente por debajo en cuanto a niveles de potencia frente a sus rivales, ofrecía un conjunto equilibrado, muy cumplidor y sobradamente veloz para casi cualquier conductor –como coche para noveles era casi perfecto–. Durante muchos años, los motores gasolina de entre 1,5 y 1,6 litros fueron la base sobre la que trabajaron casi todos los fabricantes y crearon algunos de los mejores motores de cuatro cilindros con ese cubicaje.

Quizá no podemos meter en el mismo saco al cuatro cilindros del Fiesta, pero con 1.596 centímetros cúbicos, inyección y una compresión de 11 a 1, los 100 CV a 6.000 revoluciones y los 146 Nm a 4.000 revoluciones son cifras muy dignas, que lo situaban como un motor muy equilibrado en todos los sentidos. Además, su cambio manual de cinco relaciones no tenía desarrollos demasiado largos y estaba bien escalonado –la cuarta era de 23,7 km/h a 1.000 revoluciones y la quinta, de 29,9 km/h a 1.000 revoluciones–.

Por datos, era el colista de la categoría, lo que también le colocaba como el último en cuanto a prestaciones reales, aunque lento no se podía considerar. La velocidad máxima era de 184 km/h y el 0 a 100 km/h lo completaba en 11 segundos, los 140 km/h desde parado los alcanzaba en 24 segundos, un dato que no es sorprendente, pero para la potencia y la categoría del coche está bastante bien. El 80 a 120 km/h en cuarta lo hacía en 11,6 segundos y en quinta, en 16,8 segundos.

Sin embargo, el Ford Fiesta 1.6 marca distancias cuando aparecen las curvas. El chasis del Fiesta era de los más efectivos en curva de su categoría y suplía la falta de potencia, con un paso por curva rapidísimo y con un comportamiento casi deportivo.

COMPARTE
Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Alejandro Delgado

Jesus Alonso

Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.

Javier Gutierrez

Mauro Blanco

Jose Manuel Miana