Coche del día: FIAT Croma 2.0 i.e.

Coche del día: FIAT Croma 2.0 i.e.

Sus 120 CV tenían que lidiar con unos desarrollos del cambio excesivamente largos


Tiempo de lectura: 3 min.

El FIAT Croma 2.0 i.e. representaba la elección, posiblemente, más interesante de la gama. Presentado en 1985 y diseñado por el genial Giorgetto Giugiario, el Croma se ofrecía con motores gasolina y turbodiésel, aunque más que “motores”, habría que decir que se ofrecía con un dos litros con tres niveles de potencia, de los cuales, el intermedio era el más lógico tanto por costes como por prestaciones. Puede parecer algo “de cajón”, pero no todos los vehículos resultan más interesantes y lógicos en sus versiones intermedias. A veces, las opciones más accesibles se vuelven muy apetecibles.

Famoso es el acuerdo entre FIAT y Saab para trabajar juntos en lo que, finalmente, fueron cuatro modelos a cada cual más interesantes. Los suecos pusieron en liza el Saab 9000, mientras que FIAT hizo lo propio con tres marcas, cada una con un coche: Alfa Romeo 164, Lancia Thema y FIAT Croma. El Alfa era el deportivo, el Lancia apostaba por el estilo y la clase italiana, mientras que el FIAT era el encargado de llegar a las masas. De hecho, el FIAT Croma era el más barato de los tres, aunque no por ello se podía decir que fuera peor. Si hacemos caso a revistas de la época como Autopista, el FIAT Croma presumía de buenos acabados y de un comportamiento en carretera “muy sano”.

Sin embargo, también escondía cosas que no parecían tener mucho sentido, como unos desarrollos para la transmisión más propios de un motor turbodiésel con más de 250 Nm de par, como ocurría con el FIAT Croma 2.0 i.e. Con un cuatro cilindros de 1.995 centímetros cúbicos, dos árboles de levas en culata para dos válvulas por cilindro, inyección electrónica y compresión 9,75:!, se tenían 120 CV a 5.250 revoluciones y 17 mkg a 3.300 revoluciones. Unas cifras que tenía que lidiar con un desarrollo en cuarta de 33,2 kilómetros/hora, al tiempo que la quinta se iba hasta 39,8 kilómetros/hora. Son, a todas luces, demasiado largos y afectaban, como cabe esperar, a sus prestaciones.

Giugiaro logró una silueta equilibrada, atractiva y de buena aerodinámica, pero los ingenieros, no sabemos por qué, se cargaron el conjunto con unos asientos muy duros

FIAT Croma 2 0 ie

En aceleración era más lento que la mayoría de rivales potencias similares, aunque por velocidad punta se situaba entre los más veloces. Por ejemplo, el 0 a 400 metros se completaba en 18 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, en 33 segundos, pero el mismo ejercicio desde 50 kilómetros/hora en quinta, no se completaba hasta pasados unos largos 39,2 segundos. La velocidad máxima era de casi 190 kilómetros/hora en cuarta, y de poco más de 185 kilómetros/hora en quinta. Los consumos, por su parte, eran buenos para la época: 11,7 litros en circulación urbana y poco más de 8,5 litros en carretera.

No todo sin cifras, obviamente, y si apostamos por la baza de las sensaciones y del día a día, el FIAT Croma 2.0 i.e. obtenía una buena nota media. No era el mejor, pero no se quedaba muy lejos de la cabeza de la categoría. Era un coche cómodo, aunque su gran superficie acristalada hacía del aire acondicionado algo obligatorio –se ofrecía en opción– y los asientos, demasiado duros de mullidos, ponían el límite en viajes largos.

Las llantas y los elevalunas eléctricos traseros se tenían que adquirir como un extra, al igual que el ABS, pero según parece, muchas unidades llegaban a España hasta arriba de equipamiento opcional, lo que encarecía el coche en exceso. El precio del FIAT Croma 2.0 i.e. era de 2.600.150 pesetas, pero según la unidad podía aumentarse en más de 500.000 pesetas y lo colocaba a la altura, en precios, del Saab 9000 –3.330.000 pesetas– y por encima del Lancia Thema 2.0 i.e. –2.886.100 pesetas–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.