Coche del día: Cooper T81

Coche del día: Cooper T81

Impulsado por un V12 Maserati, este fue el último Cooper capaz de ganar carreras antes de la retirada del equipo en 1968


Tiempo de lectura: 4 min.

Para gran parte de la afición a la F1 sigue siendo llamativo ver unido el nombre de Maserati al del Cooper T81. Pero es que, no en vano, la casa italiana fue la que suministró el motor para este monoplaza gracias al cual la escuadra inglesa quiso revivir los días de gloria marcados por su T-51. Un diseño que bien podría ser el equivalente en la categoría reina de lo que el Lister-Maserati fue en los circuitos de resistencia, representando uno de los diseños más interesantes de la década de los sesenta. No tanto por su efectividad o innovación, sino por su capacidad a la hora de unir referencias bajo las cuales se congrega no poca mitomanía. Y es que, al fin y al cabo, la F1 también tiene bastante de emocional.

Pero vayamos por partes. Para empezar, debemos situarnos en los años cincuenta. La primera década en la historia de la F1, dominada por la presencia de los fabricantes deportivos más asentados en la época: Alfa Romeo, Ferrari, Maserati y, poniendo un toque de color germano hasta el abandono del Motorsport a causa del desastre acaecido en Le Mans 1955, Mercedes. Es más, debido a que Fangio estuvo tanto en Mercedes como en Maserati, su título mundial de 1954 fue conseguido gracias a usar vehículos de ambas marcas según un tramo u otro de la temporada.

Además, en 1957 el argentino repitió su victoria esta vez sí con un Maserati durante todas las carreras. No obstante, paradójicamente el equipo oficial de la casa del tridente dejó las pistas de la categoría reina justo después de aquella hazaña. No en vano, los problemas económicos estaban asolando a Maserati, la cual intentaba negociar la situación lanzando al mercado el 3500 GT. Su primer modelo producido en gran serie. Mediante el cual esperaba sanear las cuentas pasando de ser una empresa basada en las tiradas cortas, a otra con opciones de gama en el mundo de los gran turismo para público no deportivo.

cooper t81 (2)

Maserati dejó la F1 cuando, paradójicamente, se encontraba en el punto más alto gracias a su segundo título con Fangio a los mandos. No obstante, las finanzas mandan y por tanto la marca debía concentrarse en vender más coches de serie

Cooper T81, un británico con motor italiano

La retirada de Maserati de la F1 coincidió con uno de los fenómenos más interesantes en la historia de esta categoría. El de los garajistas británicos. Pequeños fabricantes que, haciendo de la necesidad virtud, se enfrentaron al dominio italiano mejorando la aerodinámica o los chasis en vez del puro rendimiento del motor. Aquella fue una verdadera batalla entre el ingenio y los medios, ganando la pericia inglesa gracias a modelos como el Cooper T51. Ni más ni menos que el primer monoplaza de F1 con motor central-trasero. Responsable de una verdadera revolución técnica tras su victoria en 1959 con Jack Brabham a los mandos.

A partir de ahí, las cosas empezaron a cambiar severamente, inaugurándose unos años trepidantes en los que se sucedían constantemente las mejoras de diseño impulsadas, especialmente, por Cooper y Lotus. No obstante, Maserati seguía teniendo un discreto papel en la F1 gracias a ser suministradora de motores. Uno de ellos el propio Cooper, quien fue comprado por Chipstead Group en 1965. A la sazón, la empresa que entre otras muchas actividades ejercía como importadora de Maserati en el Reino Unido.

Así las cosas, la conexión fue obvia y, de cara a la temporada de 1966, surgió el Cooper T81 con un bloque V12 Tipo 9 de la casa italiana. Eso sí, perforado aquí desde los 2,5 litros hasta los 3 para adaptarse así a las reglas previstas en el nuevo reglamento de la F1. Además, se montó sobre un chasis monocasco. Algo bastante innovador para Cooper, la cual seguía aferrada a los viejos sistemas a pesar de que Lotus ya había presentado en 1962 el primer monoplaza con este tipo de chasis.

cooper t81 (3)

Gracias a tener chasis monocasco y motor trasero, este monoplaza ya incorporaba las grandes ventajas propias de los años sesenta. Sólo le faltaron uno o dos años más para también contar con el diseño de alerones a su favor

Como pilotos destacados, el Cooper T81 fue llevado por John Surtees – quien le daría su primer victoria en el GP de México de 1966 – y Pedro Rodríguez de la Vega – responsable de ganar el GP de Sudáfrica ya en la temporada de 1967 – . Pruebas que ayudaron a que este monoplaza lograse quedar tercero en el Campeonato de Constructores tanto en su primera como en su segunda temporada. No obstante, para 1968 Cooper estrenó su T86 – no así algunos equipos privados que seguían corriendo con el T81 – y, al final de la temporada, se retiró de los circuitos. Con todo ello, este diseño con motor Maserati es el último Cooper en lograr victorias Una verdadera – y exótica – pieza de ingeniería de la F1 durante los años sesenta.

COMPARTE
Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.