Coche del día: Citroën XM 2.1D

Coche del día: Citroën XM 2.1D

Diésel atmosférico de 86 CV, un motor claramente insuficiente para un coche como el XM


Tiempo de lectura: 3 min.

El Citroën XM diesel, o Citroën XM 2.1D, como también se le conoce, representa uno de esos ejemplos que podemos encontrar sobre la evolución de la tecnología diésel. Con la perspectiva que da el tiempo, una versión como esta, en un coche que pretendía ofrecer clase, imagen y cierta imagen premium, parece fuera de lugar, pero, sin embargo, en su momento tenía lógica. De hecho, en la época, pocos coches de su categoría firmados por marcas generalistas, ofrecían mayores prestaciones.

Nos encontramos en los comienzos de la década de los 90 y los motores diésel y turbodiésel conviven en el mercado, para dar vida a diferentes versiones dentro de la gama de un mismo modelo. Esa es, precisamente, la situación del Citroën XM, que se vendía en España con dos motores diesel, uno atmosférico y otro turboalimentado. El XM 2.1D es el primero, el atmosférico, y como cabe esperar, sus prestaciones son limitadas, aunque, como hemos dicho, en su momento era interesante y hasca cierto punto, también eran lógicas, aunque si hacemos caso a las pruebas de la época, se consideraba un motor insuficiente.

Motor 16, en el número 338, decía del Citroën XM 2.1D que su potencia podía dar un buen servicio en ciudad, pero se quedaba claramente corto en carretera y, sobre todo, a la hora de realizar algún adelantamiento. Hablamos de un cuatro cilindros con 2.138 centímetros cúbicos, culata de tres válvulas por cilindro e inyección mecánica, que rendía solo 86 CV a 4.600 revoluciones y 15 mkg de par a 2.000 revoluciones. El cambio, manual de cinco relaciones, enviaba la potencia al eje delantero, que tenía que tirar de un conjunto de 1.305 kilos, apoyados sobre el suelo a través de unas ruedas de 175/70 en llanta de 15 –llanta de chapa, con embellecedores–.

Sus limitadas prestaciones no encajaban con su innovador diseño ni con el aura de “coche diferente” que pretendía proyectar

Como cabe esperar, con unas cifras como esas, un coche del tamaño del Citroën XM resulta algo lento. La velocidad máxima que llegó a registrar Motor 16 era de 171 km/h, mientras que el 0 a 100 km/h se completaba en 19 segundos. Hoy día, cualquier utilitario es capaz de bajar esa cifra con facilidad, pero en aquellos años, recordad, comienzos de la década de los 90, eran aceptables. Como lo era el 0 a 400 metros en 21,2 segundos y el 0 a 1.000 metros en 39,2 segundos. Y ojo, que los consumos hoy seguro que sorprenden, y no por contenidos. A 90 km/h, el consumo registrado era de 6,3 litros, a 120 km/h era de 6,8 litros y de media, se obtuvo un consumo de 7,7 litros cada 100 kilómetros. De todas formas, con un depósito de 80 litros, la autonomía media podía superar los 900 kilómetros.

No obstante, aunque lento, el motor escondía algunas delicatessen interesantes. Por ejemplo, tenía un sistema de suspensión hidráulico combinado con los tradicionales silentblocks de caucho para filtrar vibraciones, y por lo visto hacían un buen trabajo, porque el Citroën XM 2.1D era uno de los coches con motor diésel más suaves y refinados del mercado. Por supuesto, también se podía combinar con la famosa suspensión hidractiva de la firma francesa. Y sí, luego estaba el precio: 3.150.000 pesetas, unos 18.932 euros, que si sumamos la subida del IPC desde 1990, serían aproximadamente 47.386 euros.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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