Coche del día: Citroën BX 14

Coche del día: Citroën BX 14

El más básico de la gama en los años 80, pero aun así, con suspensión hidroneumática


Tiempo de lectura: 4 min.

El Citroën BX 14 representaba la opción más económica en la gama BX para mediados de los años 80. Montaba el motor más pequeño del catálogo, y, por lo tanto, ofrecía las prestaciones más limitadas. También contaba con el equipamiento más escueto y ni siquiera podía tener dirección asistida o ABS ni en opción. No obstante, era la única manera de que el precio no pasara de 1.200.000 pesetas; concretamente, 1.182.284 pesetas, unos 7.105 euros de 1984 –26.246 euros con el IPC añadido–.

Allá por la década de los 80, la mayoría de los coches de Citroën que se vendía en España, salían de la fábrica de Vigo, la cual, llevaba desde los años 50 con su actividad. De allí mismo salía el Citroën BX, uno de los coches más éxito de la marca y uno de los más personales y peculiares de todos los años 80. No había nada similar al BX, al menos en cuanto a diseño y soluciones, lo que se dejaba notar, por ejemplo, en las opiniones de la prensa y en los comentarios de los aficionados. El Citroën BX era peculiar incluso en el diseño de los asientos, aunque eso nunca afectó a sus ventas.

Por supuesto, una de las características de Citroën, la suspensión hidroneumática, estaba presente en el BX desde sus versiones más sencillas. Es decir, el Citroën BX 14 equipada, de fábrica, la famosa suspensión de la marca francesa y, como cabe esperar, influía sobre manera en los resultados finales y en la percepción que tenía la gente al ponerse al volante del modelo fabricado en Vigo. Es uno de los rasgos más destacados del modelo y uno de los más comentados en cualquier prueba de la época. Con el BX 14 pasar por encima de asfalto en mal estado o por zonas muy bacheadas, era una situación que afectaba poco al coche en general, gracias a una suspensión que podía gestionar eso y mucho más.

El Citroën BX 14 era la opción más básica de la gama, pero montaba la suspensión hidroneumática y los frenos con asistencia

Citroën BX 14 (4)

Si hubiera que destacar más cosas del Citroën BX 14, había que mencionar, sin lugar a dudas, los frenos. En el BX 14, las cuatro ruedas montaban discos, que además, contaba con asistencia hidráulica, lo que permitía mucha potencia con poco esfuerzo por parte del conductor. Los frenos asistidos son, sin lugar a dudas, uno de los mejores sistemas que se han desarrollado, pues hacen de la conducción algo que requiere menos esfuerzo y mejora notablemente las distancias de frenado.

Donde se quedaba un poco corto el BX 14 era en cuestiones mecánicas, en el motor. Hablamos de un cuatro cilindros –por aquel entonces, eso de tener solo tres cilindros ni siquiera era una opción– de 1.360 centímetros cúbicos, con un solo árbol de levas en la culata –movido por cadena, por cierto– y una compresión de 9,3:1, que rendía 70 CV a 5.750 revoluciones y 10,8 mkg a 3.000 revoluciones. El coche pesaba, en orden de marcha, 930 kilos, había poca masa que mover, pero aun así, es evidente que no era un modelo veloz. Por ejemplo, no superaba los 160 km/h y los 1.000 metros con salida parada los completaba en 35,5 segundos –para poner un ejemplo que sirva de comparación, el Talbot Horizon GLS, lo completaba en 33,9 segundos y el SEAT Ronda 1.5 en 33,6 segundos–.

Había detalles en el BX 14 que marcaban mucho su usabilidad diaria. El selector del cambio, por ejemplo, era duro de accionar y muy poco preciso, la dirección era un poco lenta y el propulsor carecía de elasticidad. Los consumos estaban en la media de su categoría, con una cifra de 5,5 litros para el consumo en carretera, 8,5 litros para circulación urbana y 7,1 litros para la media cada 100 kilómetros.

Como curiosidad, ¿sabías que el Citroën BX 14 no era uno de los más baratos de su categoría? En realidad era el más caro de todos los modelos de su tipo fabricados en España… Solo los modelos importados eran más caros.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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