Coche del día: Chevrolet SS

Coche del día: Chevrolet SS

Uno de esos coches infravalorados y que nunca pudimos ver por Europa oficialmente


Tiempo de lectura: 5 min.

Estados Unidos siempre fue el país de los V8, de los cambios automáticos y de las interminables rectas. El país donde las carreras en circuitos ovales cuentan con legiones de seguidores y las pruebas de aceleración son un arte y una forma de vida. Se decía que los coches estadounidenses estaban faltos de cierta garra y solo sabían ir en línea recta, pero como viene siendo costumbre, la ignorancia es muy valiente y mala consejera. Los americanos tienen un gusto respecto a los automóviles muy distinto al nuestro, eso es cierto, pero son capaces de crear auténticas obras de arte técnicamente hablando y son especialistas en estirar, hasta las últimas consecuencias, las técnicas más tradicionales y antiguas como puede ser la distribución con árbol de levas en el bloque con varillas y balancines.

Dicho tipo de distribución se dejó de usar en Europa hace muchísimo tiempo, en favor del árbol de levas en cabeza. En el Viejo Continente siempre gustó mucho la técnica más depurada y moderna, pero al otro lado del Atlántico se ha seguido usando hasta hace muy poco, pues el Corvette C6 que se fabricó hasta 2013, usaba un V8 con varillas y balancines, llegando a sobrepasar nada menos que los 600 CV con el Corvette C6 ZR1. Algo igual ocurrió con el eje rígido y el uso de ballestas.

Cosas que no les impedía a los americanos ganar en competición como las 24 Horas de Le Mans, donde el Corvette tiene un palmarés envidiable, habiendo ganado en su categoría en nada menos que en ocho ocasiones entre 2001 y 2015, o lograr que un bloque, procedente del transporte pesado, consiga colocarse como uno de los motores más míticos del mundo del automóvil, oculto bajo el interminable capo del más espectacular de los deportivos nacidos en Estados Unidos: El Dodge Viper. Además de todo esto, que no es poco, también han demostrado que su cultura del automóvil deja en ridículo a la europea y que son mucho más pasionales, pues, todavía hoy día, tienen el “atrevimiento” de ofrecer modelos con motores V8 de gran cilindrada unidos a un cambio manual “de toda la vida” (como el Chevrolet Camaro o el Ford Mustang), mientras que en Europa este tipo de coches han ido desapareciendo paulatinamente.

Aquí, en nuestro mercado, los deportivos con cambio manual y motores “gordos” han desaparecido y ya no digamos en el caso de los sedanes deportivos con características similares; estos son casi cosa del pasado desde que el BMW M5 e39 de 400 CV y cambio manual dejó de comercializarse. Un modelo que guardaba bajo el capó un V8 atmosférico de cinco litros unido a un cambio manual de 6 relaciones y que dejó las tiendas en 2003. Mientras tanto, en Estados Unidos se dedicaban a lanzar sus típicos V8 con sonido supercaracterístico, unido a un cambio manual, hasta que en 2013 pusieron en la calle lo más parecido al M5 e39 que se podía encontrar por entonces (salvando las distancias): el Chevrolet SS (Sport Sedan), un tres volúmenes con un enorme V8 de 6.2 litros que rendía 415 CV y 563 Nm de par, el mismo V8 de varillas y balancines que se ha mencionado anteriormente con el Corvette C6… no obstante, en realidad el Chevrolet SS era un Holden Commodore australiano adornado con la pajarita de Chevrolet y vendido en Estados Unidos.

chevrolet ss (2)

Un coche para entusiastas, así podemos definir el Chevrolet SS, aunque su primer año de ventas se ofreció únicamente con cambio automático. Un M5 e39 a la americana, con un motor desbordante de par y capaz de realizar el sprint hasta los 100 km/h en 4,7 segundos. No en vano, como ya hemos dicho, no es un V8 “normal”, sino el LS3 del Corvette C6. Un coche que, por desgracia, desapareció del mercado en 2017 debido al cierre de las plantas de Holden en Australia, donde se fabricaba este sedán V8 de propulsión y cambio manual (únicamente para Estados Unidos). Un coche cuya historia comenzó en 2006 cuando Holden puso a la venta la cuarta generación del Commodore. Pero no solo era un motor V8 y un cambio manual, las suspensiones también eran muy correctas, con columnas McPherson delante y multibrazo detrás, mientras que los frenos eran suministrados por Brembo con discos delanteros de 355 milímetros. Además, el reparto de pesos, según la marca, era muy equilibrado, con un 50% sobre cada eje gracias al empleo de aluminio en diferentes zonas.

¿El último sedán V8 de cambio manual? Eso parecía, pero el Dodge Charger ha estado a la venta con un motor V8 y cambio manual hasta hace muy poco. El Chevy SS fue un coche muy particular, que se vendía igualmente de forma un tanto caprichosa. Se comercializó en cantidades muy limitadas y los concesionarios interesados en venderlo, solo podían acceder al modelo en función del número de Corvette y Camaro comercializados.

Así, por su rareza, el Chevrolet SS podría convertirse en uno de esos coches perseguidos por los fanáticos de los V8 yankees, argumentos no le faltan. Aunque cabe destacar que las primeras unidades, se comercializaron únicamente con cambio automático. Se vendieron, hasta 2017, 10.584 unidades en Estados Unidos, de una producción de 12.953 coches.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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