En los primeros compases del año 1998 llegaba hasta nuestro mercado la que sería última versión de uno de los automóviles fetiches por antonomasia en el mercado norteamericano. Os hablamos del Chevrolet Camaro Z28 (IV), que junto a la versión de 3,8 litros de seis cilindros, venia para intentar competir con los europeos de características similares.
Pero como ya hemos comentado, con esta cuarta generación de Camaro, la marca pondría el punto y final al modelo cuatro años después del lanzamiento de esta versión, básicamente por la poca aceptación que recibió por parte de su público principal en EEUU y aún menos en Europa, a pesar de contar con un precio tremendamente atractivo y un nivel de equipamiento bastante alto.
Pero centrándonos en el coche, esta mítica versión que antes habíamos visto en todas y cada una de las fases del Camaro, constaba con el poderoso LS1 V8 de 5.666 cc, derivado directamente del Chevrolet Corvette del momento, aunque suavizado en cuanto a potencia final y funcionamiento en general.
El Chevrolet Camaro Z28 en su cuarta generación peco quizás de sobriedad, sobre todo en esta versión vitaminada, donde carecía de una imagen deportiva acorde al propulsor que portaba
Cabe decir que a principios de esta generación en 1993, existió una versión previa del Z28 que montaba el propulsor del Corvette LT1 y que rendía 275 CV de potencia, aunque no se llegó a comercializar en nuestro país, destinándose solamente al mercado interno y alguna unidad a Europa bajo encargo.
Pero volviendo a esta última edición, de algún modo la marca yankee no buscaba crear con el Camaro un deportivo de pura cepa. Más bien su intención era darle más el enfoque de GT, sobre todo en Europa donde el concepto de coche deportivo es bastante distinto a la cultura estadounidense por muchos y variados factores.
Aún así el portentoso V8 montado en posición delantera longitudinal, culata de 16 válvulas -dos por cilindro-, y una compresión de 10:1 era capaz de arrojar unas cifras de potencia de 310 CV a 5.000 RPM, aunque para el mercado europeo y derivado de las innumerables restricciones medioambientales, esa cifra se veía recortada hasta los 288 CV a 5.200 RPM, consiguiendo entregar un par de 436 Nm a 4.000 RPM.
Esta versión del Camaro Z28, además de contar con el V8 de su hermano el Corvette, venía muy completa a nivel de equipamiento y extras
Evidentemente la potencia del Camaro Z28 seguía siendo más que suficiente, y si a eso le unimos un cambio manual de seis relaciones (o una caja automática) y la propulsión trasera, estaba claro que la diversión a sus mandos estaba garantizada sin lugar a dudas, consiguiendo acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y alcanzar una velocidad punta de 254 km/h.
De cualquier modo, y como ya hemos hecho referencia, no era el comportamiento deportivo la mejor de las cualidades de este coche. Quizás viajar en autovía a altas velocidades, eso sí, siendo consciente de su alto consumo, que en ningún caso bajaría de los 10 litros cada 100 km, o deleitarnos con el bramido de su exuberante V8, eran aspectos en los que el Z28 respondía mucho mejor.
Si a esto le unimos un interior bastante bien rematado ,donde no faltaba de nada, y que contaba de serie con extras como asientos de cuero regulables eléctricamente, un completísimo tablero de instrumentos o diferentes controles electrónicos para ayudarnos en su conducción, está claro que disfrutaríamos casi seguro de su conducción una vez puestos a sus mandos.
El Camaro Z28 (IV) llegaba a Europa con las ideas claras, siendo un rival imbatible si nos referimos a CV/euros, donde cualquier coupé alemán Premium costaba más y no podía ni soñar con los rendimientos del norteamericano
Pero volviendo a las características técnicas de este coupé, el Camaro en esta versión contaba con unas suspensiones de doble triángulo en su parte delantera, así como un eje rígido anclado a brazos longitudinales y estabilizadora trasera Panhard, además de un equipo de frenado compuesto por cuatro discos autoventilados y anclados a unas llantas de 17 pulgadas con neumáticos en medidas 275/40 VR17.
En el plano dinámico no es que fuera el más ágil del segmento, entre otras cosas por su peso, declarado en 1.570 kilogramos, algo superior al de algunos deportivos y GT europeos de potencia similar.
Pero si en algo destacaba este coupé yankee de rancio abolengo, era sin duda en su tarifa de salida, algo por otro lado imbatible a merced de los datos y presupuestos de cualquiera de sus rivales del momento y que lo equiparaba en precio a automóviles de mucha menos potencia, como podía ser un Audi TT 1.8 Turbo (8N) o un Mercedes-Benz CLK 200, ambos en tarifas muy similares a los 5,8 millones de las antiguas pesetas que costaba este muscle car. La versión descapotable no se ofreció en nuestro país.
El Chevrolet Camaro Z28 (IV) terminaba su vida comercial con esta versión en el año 2002 y tardaría ocho años en volver al mercado con un nuevo modelo
Pero la realidad es que por diversos motivos este Chevrolet Camaro posiblemente sea el que menos ha gustado a la gente a lo largo de sus diferentes generaciones, que se remontan hasta la década de los 60, época en la que ese tipo de coches en España eran un exotismo absoluto.
Bien sea por su estética, que fue volviéndose demasiado convencional con el paso del tiempo, o el aburguesamiento que fue sufriendo generación tras generación, el público le dio de lado definitivamente en esta última versión, despidiéndose del mercado en agosto de 2002 y teniendo que esperar casi ocho años hasta que la marca de Detroit volviera a traernos a uno de sus estandartes, la mítica quinta generación.
En la actualidad un Z28 de esta generación es bastante escaso en nuestro país, pero a nivel europeo podemos encontrar unidades que van desde los 8.000 hasta los 20.000 euros, dependiendo cómo no de su estado, nivel de equipamiento y kilometraje. Así que si es un coche que te gusta, no lo dudes, ya que pocos automóviles ofrecen una relación precio/potencia más económica. De Estados Unidos no podrás importar uno legalmente, tiene que tener ya matrícula europea.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Recuerdo uno por mí zona en el año 99-00 y que sonido, el coche en cuestión me ha ido gustando más con los años, nunca he sido muy de coches americanos, pero me esta tentando últimamente la idea de un motor en V gordo antes de que prohíban todo…
Eso, V6 y V8 para todos los petrolheads
No estaría nada mal…
Los americanos en particular son los mejores en cuanto a relación cv/euros. No están en su mayoría tan elaborados como los deportivos europeos, pero te sacan una sonrisa cada vez que pisas a fondo el acelerador.