El BMW Serie 1 era, posiblemente, el compacto más especial y deportivo del mercado. Era el único con propulsión, con el motor colocado en posición longitudinal y era el único con un tacto de conducción muy diferente y adictivo. Sin embargo, la firma alemana decidió convertirlo en un tracción delantera de motor transversal como cualquier otro compacto y además, tenía razón. Según la marca, los usuarios del Serie 1 no sabía, ni les importaba, que ruedas movían el coche y para colmo, el Serie 1 más vendido era el 116, tanto en gasolina como diésel, el motor menos potente de la gama.

Básicamente, podemos decir que el Serie 1 era el BMW “barato” –nunca fue un coche barato– que todo el mundo buscaba; era el coche de todos aquellos que querían comprar un BMW por el simple hecho de que era un BMW. Y en su derecho estaban, obviamente, pero ahora ya no hay versiones como el BMW M135i, nuevamente, uno de los compactos más especiales del mercado. ¿Acaso hay otro coche del segmento C con un motor de seis cilindros en línea longitudinal con 320 CV y cambio manual? No, claro que no. El M135i era el único de todo el mundo con estas características y eso, lo convertirá en un clásico sin lugar a dudas.

La segunda generación del BMW Serie 1, conocida por su código interno, F20 y F21 –cinco y tres puertas respectivamente– apareció en el mercado para reemplazar, lógicamente, a la primera generación del Serie 1. Se lanzó en 2011 y se fabricó hasta 2019 y fue la última vez que el Serie 1 era “tan BMW”, luego vino el tracción delantera, el cual, por cierto, se ha ganado el respeto de muchos aficionados y de muchos medios especializados porque va realmente bien.

Esta segunda generación fue la que separó el coupé y el descapotable del resto de la gama, lo que dio lugar al BMW Serie 2. Por tanto, no había coupé en la gama y eso conllevó, que el M135i pasará a formar parte del catálogo del compacto y no del coupé. Lo que, a su vez, dio lugar a un compacto sensacional, con un reparto de pesos muy deportivo y u comportamiento todavía más deportivo que ningún otro compacto, ni siquiera el Honda Civic Type R podía ofrecer un comportamiento tan “para conducir”. Eso era provocado por el seis cilindros turbo 3.0 –turbo twinscroll y 2.979 centímetros cúbicos– que rendía 320 CV a 5.800 revoluciones y un par de nada menos que 450 Nm entre 1.300 y 4.500 revoluciones. De serie se entregaba con cambio manual de seis relaciones, aunque se podía pedir el Steptronic de ocho como opción.

La báscula decía que el peso era de 1.425 kilos, lo que permitía una relación peso-potencia de 4,4 kilos por caballo, que no está nada mal. Es una relación peso-potencia digna de un deportivo, de hecho, es mejor que la ofrecida por el BMW Z4 M40i de 340 CV –4,78 kg/CV, pesa poco más de 1.600 kilos–. Así es lógico que anunciara un 0 a 100 km/h en 5,1 segundos, los 400 metros con salida parada en 13,4 y los 1.000 metros con salida parada en 23,9 segundos. La velocidad máxima estaba limitada a 250 km/h.

Si buscas una unidad de segunda mano, además de que no será barata, hay que tener una cosa en cuenta: se detectaron unidades con fallos de encendido y problemas con los turbos. No encontrarás muchas unidades en el mercado, era un coche muy caro y muchos han caído en dudosas manos, como cualquier BMW potente de segunda mano.