Coche del día: BMW 745i SA

Coche del día: BMW 745i SA

Para muchos, el BMW M7 que la marca nunca ha querido lanzar al mercado


Tiempo de lectura: 4 min.

Todos los modelos de BMW adornados con la mítica ///M, son coches de altas prestaciones, pasionales y cargados de tecnología y de soluciones derivadas de la competición al más alto nivel. Coches que son la referencia en deportividad para el resto de fabricantes en todos los segmentos, o en casi todos, porque BMW nunca ha tenido una variante M en el segmento de los sedanes de representación. Ahí donde Mercedes tiene cosas como el S63 de AMG y Audi ofrece el S8, BMW nunca ha ofrecido un BMW M7.

Es cierto que, con alguna generación, se han ofrecido prestaciones muy elevadas, como el BMW M760Li, que con su V12 de 6,6 litros, anunciaba 430 kW (585 CV). Una cifra respetable, aunque seguía por debajo de lo que alguna vez ha llegado a ofrecer el Clase S de AMG, que en su última iteración se ha ido hasta los 802 CV… además, BMW siempre ha contado con Alpina para poner en circulación esas versiones que ellos no sacaban, como precisamente, un BMW M7, que tomaba la forma del Alpina B7. No había, por tanto, una necesidad real de lanzar un Serie 7 con la mítica ///M en su trasera, aunque público dispuesto a pagarlo y sí que hay.

No obstante, la marca siempre ha ofrecido algo muy similar al BMW M7, siempre ha jugado en el límite que separa las versiones normales de la M Motorsport, como hemos mencionado anteriormente –el BMW M760Li es un claro ejemplo–. Aun así, existe una versión del Serie 7 a la que muchos tildan como ese M7 que nunca llega oficialmente, pero que, en el fondo, siempre está ahí, presente de alguna manera. Formó parte de la primera generación del modelo, el e23, justo cuando recibía la típica renovación de mitad de vida comercial.

bmw 745i sa (4)

Corría el año 1984 y BMW había lazado el BMW 745i con motor turboalimentado con seis cilindros en línea –el motor M102 con 252 CV–. Sin embargo, este motor no encajaba en las versiones con volante a la derecha, porque el turbo y sus tuberías no dejaban sitio para la columna de dirección. Mover el turbo al lado contrario del motor no era una opción debido a los componentes del motor. No obstante, en Sudáfrica, que cuenta con una de las divisiones más importantes de la marca –la primera división que se fundó fuera de Alemania, en 1968–, decidieron que no se quedarían sin su 745i y buscaron una alternativa, la cual encontraron en el propulsor M88, el mismo seis cilindros en línea que montaba el BMW M1. Este motor sufrió una evolución que acabó por dar vida al motor que usaba el BMW M5 e28 y al BMW M635 CSi, el cual, rendía 286 CV y 340 Nm de par.

Dicho motor apareció justo cuando en Sudáfrica se estaba desarrollando una alternativa al motor M102 y no dudaron ni un solo momento en que ese motor era la opción perfecta. Ese motor rendía más caballos que el bloque turbo de los BMW 745i europeos y eso hizo que en la marca se llegara a sopesar la posibilidad de poner esta versión en tierras del Viejo Continente. La idea se acabó desechando y quedó como exclusiva para el mercado Sudafricano, donde se comercializó bajo la denominación de BMW 745i –se le conoce como 745i SA, por South Africa– y se presentó en 1984. Se fabricaba en la misma Sudáfrica a partir de kits que se enviaba desde Alemania y la producción duró hasta 1987.

Solo se fabricaron 209 unidades y por supuesto, todos se vendieron allí, en su país de origen. No obstante, según diferentes fuentes, una unidad se exportó a Europa, posiblemente a Reino Unido. Por otro lado, 192 unidades –más de la mitad–, estaban equipadas con el cambio automático ZF, mientras que solo 17 montaban cambio manual de cinco relaciones y una de estas unidades, se convirtió en un coche de competición para el Campeonato Sudáfricano del Grupo A –su motor fue potenciado hasta los 400 CV…– y es la única versión de competición del Serie 7 hasta la fecha.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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