Cuando Audi decidió lanzar el A1, nadie se sorprendió realmente. El Audi A3 ya llevaba mucho tiempo en el mercado y el Audi A2, aunque fue un fracaso, ya abrió la puerta a un coche más pequeño que el A3. Además, BMW tenía mucho éxito con el MINI y no tenía ni un solo rival en el mercado. No había utilitarios premium más allá del propio MINI, así que Audi, que tenía un montón de componentes de utilitarios a su alcance, se puso manos a la obra.
La primera generación del Audi A1 apareció en el año 2010 y no había duda, era un auténtico Audi, tanto por diseño como por calidad, aunque esto último decaía un poco dado el segmento del coche. Haber empleado las mismas calidades que en el resto de modelos, habría provocado que el precio del pequeño A1 fuera todavía más elevado y el coche habría terminado como el A2, con unas ventas que no despegaban nunca. También estaba el hecho de que tomaba la plataforma y muchas otras cosas, de los utilitarios del Grupo Volkswagen, es decir, del SEAT Ibiza, del Škoda Fabia y del Volkswagen Polo.
De hecho, estos tres modelos provocaron, en parte, la llegada de una versión del A1 que resulta bastante interesante: el Audi A1 1.4 TFSi S-Line. Por aquel entonces, el SEAT Ibiza Cupra todavía existía y tenía mucho sentido, al igual que el Škoda Fabia RS y el Volkswagen Polo GTI –el único que sobrevive en pleno 2023–, todo ellos equipados con una versión del 1.4 TSI con nada menos que 180 CV. Eso hacía que pareciera absurdo no hacer lo mismo con el Audi A1, al fin y al cabo, hablamos de un coche que comparte una gran cantidad de cosas con los mencionados modelos.
El Audi A1 1.4 TFSi se convirtió durante un tiempo en la versión más potente del pequeño utilitario alemán, es más, incluso antes de su presentación –en el salón de París de 2010–, había rumores sobre la posible puesta de largo de un Audi S1, algo que llegaría tiempo después y con 231 CV, no con 185 CV como tenía nuestro protagonista. Básicamente, era la versión de la firma alemana de las versiones antes mencionadas, ya que el grupo motor-transmisión era el mismo, pero el pequeño Audi anunciaba 5 CV adicionales.
Varias veces premiado como Motor del Año, el 1.4 TSI del Grupo Volkswagen apareció por primera vez con el lanzamiento del Volkswagen Golf GT lanzado al mercado en 2005, tenía 170 CV y sorprendió a todos por su combinación de compresor y turbo. Desde aquel momento, el motor sufrió diferentes ramificaciones, como las versiones de 122 CV –perdían el compresor– hasta los 185 CV del Audi A1 1.4 TFSi. Era mucha potencia para un motor tan pequeño y solo se podía escoger con el cambio DSG-7.
El rendimiento del 1.4 TFSi es espectacular. La presencia del compresor “llena” el motor a bajas revoluciones y el turbo le hace contar con una buena cifra de par más arriba del cuentavueltas. La versión del Audi A1, en concreto, rendía los 185 CV a 6.200 revoluciones y se acompañaba de 250 Nm de par entre 2.000 y 4.500 revoluciones. Lanzaba al A1 hasta los 227 km/h, el 0 a 100 km/h lo completaba en 6,9 segundos y los 1.000 meros con salida parada los hacía en 27,4 segundos.
No cabe duda de que era un coche rápido, pero no era tan deportivo como sus hermanos, entre los que destacaba el SEAT Ibiza Cupra por su agilidad y comportamiento en curva. Ni siquiera el hecho de ir equipado de origen con el paquete S-Line, que le otorgaba un talante más deportivo tanto a nivel visual como en cuanto a chasis, respecto a otras versiones del A1 le hacía el más deportivo de los utilitarios de Volkswagen.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS