El Alfa Romeo Alfetta GTV 2000 salió al mercado en la primavera de 1977, completando por arriba la gama del GTV. En mayo de 1972 se puso a la venta la versión 1800 y en enero de 1975 la más básica, 1600. En el caso de nuestro protagonista del día, bajo el capó guardaba un bloque de cuatro cilindros y 1.962 cm3.
La estructura mecánica era idéntica en las tres versiones: motor de cuatro cilindros DOHC en posición delantera longitudinal y sistema de transmisión transaxle, con la caja de cambios situada junto al eje trasero y solidaria con el diferencial.
La silueta del GTV era muy familiar, con el morro característico de todos los Alfa y una zaga alta que albergaba un gran maletero. Si nos fijamos en los acabados se veían bien a primera vista, pero si lo hacíamos con detalle le delataban importantes defectos de acabado y de ensamblaje, como manecillas que se salen de su ubicación o embellecedores mal montados. La principal causa se achacaba a las continuas huelgas que experimentaba la fábrica, afectando claramente a la calidad del producto final.
Estéticamente idéntico a sus hermanos con motores más pequeños, con el Alfetta GTV 2000 se buscó un motor que ofreciese un comportamiento más flexible y suave en su conducción, menos agresivo que su hermano 1800. Se aumentó el par a un régimen inferior para conseguirlo
Sus dimensiones eran 4.210 mm de largo, 1.660 mm de ancho y 1.330 mm de alto. En cuanto a la plataforma, la batalla medía 2.400 mm, junto a unas vías delantera y trasera de 1.350 y 1.360 mm, respectivamente. Su peso homologado era de 1.080 kg, aunque superaba con holgura los 1.100 kg en la mayoría de las unidades.
Una vez en su interior, sus asientos tapizados en paño resultaban cómodos y dotados de numerosas regulaciones, sujetando bien el cuerpo en las curvas. Lo que no se encontraba por ningún sitio era la ergonomía, pues entre otras cosas la parte superior del volante ocultaba un sector de la parte central del cuadro de instrumentos. La visibilidad era buena en todos los ángulos.
Fijándonos en el cuadro de instrumentos el velocímetro -tarado hasta los 200 km/h- se situaba a la izquierda, continuando hacia la derecha con el nivel de temperatura del refrigerante, manómetro de presión de aceite, indicador de nivel de combustible y cuentavueltas. En el centro de todos ellos se situaba un reloj y debajo de él un montón de chivatos no muy legibles.
Sus cuatro cilindros entregaban una potencia de 122 CV a 5.300-5.500 RPM, junto a un par motor de 176 Nm a 4.000 RPM. La distribución era por doble árbol de levas en cabeza y dos válvulas por cilindro. La ganancia de potencia respecto al 1800 no era tal, pues tan solo se ganaban 7 CV, bajando la potencia específica por litro, de 64,6 a 61,7 CV/l, y aumentando la relación peso/potencia desde los 9,1 kg/CV hasta los 9,4 kg/CV.
La verdadera intención de Alfa Romeo era disponer de un motor más flexible y suave de conducir, perdiendo algo de su carácter deportivo respecto al 1800. De esta forma, la potencia máxima aumentaba 7 CV al mismo régimen mientras que el par motor pasaba de 167 Nm a 176 Nm, pero a un régimen inferior, a 4.000 RPM en vez de a 4.400 RPM.
Como todos los Alfa Romeo de la época, adolecía de problemas de calidad de fabricación, pero muy satisfactorio a la vista y en la conducción
La caja de cambios era de cinco marchas, en la que la quinta se consideraba como una “superdirecta”, y estaba situada junto al diferencial, en posición transaxle. El manejo de la palanca resultaba algo duro, pero muy rápida teniendo en cuenta todo el entramado de palancas y varillas entre la propia caja y la palanca.
El motor arrancaba sin problemas incluso en el frío invierno, cogiendo su temperatura óptima de funcionamiento en pocos minutos. Resultaba muy voluntarioso y extremadamente elástico al ser un motor moderno y sofisticado, pero con menos garra y brillantez, que al fin y al cabo era lo que pretendían los ingenieros.
La dirección era ligera y precisa, dotando al coche de una gran agilidad, con una gran capacidad de autocentrado. El pedalier estaba bien dispuesto y permitía realizar la maniobra punta-tacón con facilidad. La suspensión era independiente en el eje delantero, con eje de Dion detrás, con sus correspondientes muelles y amortiguadores telescópicos, y se podía definir como confortable.
El equipo de frenos llevaba discos macizos en las cuatro ruedas, asistidas con servo, y resultaba muy difícil bloquearlos. En cuanto a sus prestaciones, la velocidad máxima se superaban los 195 km/h, y los 1.000 metros desde parado los recorría en 30,6 segundos. Su consumo medio se situaba en los 8,5 l/100 km.
El Alfa Romeo Alfetta 2000 se podía considerar como un coche muy satisfactorio a primera vista, pero con los típicos defectos del fabricante italiano, como rezaba el refrán milanés “Un Alfa l´e Semper un Alfa”, un Alfa es siempre un Alfa.
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Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS