Si no tuviéramos ni remota idea de la historia de Porsche y, por consiguiente, si no conociéramos los ciclos de producción de sus modelos del pasado, podríamos igualmente ubicar a un deportivo como un Porsche 944 de 1985 con algo de conocimiento sobre los diseños de época. El 944 grita desaforadamente años ochenta, década que nos dejó innumerables coches con perfiles afilados y lunetas extendidas hacia los lados bajo un concepto de referencia. Pienso, por ejemplo, en la tercera generación del Toyota Supra.
No me interesa hacer caso a las críticas que el Porsche 944 ha recibido en sus casi 45 años de historia, aunque habrelas, las hubo. Sí plantearé lo siguiente, que creo que define al paso del deportivo, el deportivo diferente de Porsche en los 80, por la línea de montaje: ¿puede un coche forjar un éxito de mercado, siendo al mismo tiempo opacado por sus contemporáneos y despojado a futuro de toda popularidad?
De más está aclarar la transversalidad del Porsche 911. Junto a éste, uno que tomó la escena de aquella década por derecho propio fue el Porsche 959, en su disputa con el Ferrari F40 por el título del coche de producción más rápido del mundo. Incluso el Porsche 928, aun sin la característica silueta Porsche, goza actualmente de un reconocimiento superior y supo obtener un espacio de preponderancia en el mundo de las ventas y subastas de hoy. Todo ello no le impidió a esta suerte de cisne negro concretar más de 160.000 ventas en sus 10 años de ciclo comercial, pero esto último no logró ser sinónimo de un gran reconocimiento posterior.

Un Porsche 944 1985 con trabajo de conservación encima
Como el 928, el Porsche 944 salió con motor delantero longitudinal y sistema transaxle para la tracción trasera, pero éste no llevaba un V8, sino un cuatro cilindros en línea de 2,5 litros. El que aquí comparto es el 944 de 163 caballos y, que sea un modelo 1985, no es dato menor, ya que ese año el modelo se actualizó tanto en mecánica como en materiales y equipamiento. Algo interesante que remarca la casa poseedora del ejemplar: cuando llegó a sus manos, este targa contaba con el kit de carrocería de la versión Porsche 944 S2 y con los frenos de cuatro pistones del modelo de aspiración Turbo, dos especificaciones posteriores al año de su salida de fábrica.
“Cuando recibimos el coche, estaba en buenas condiciones. Le hicimos una nueva capa de pintura, retapizamos el interior de cuero, restauramos las llantas y los frenos, y le hicimos una revisión del motor”, describen los entusiastas de clásicos de The Oldtimers, mientras confirman lo que siempre ha formado parte de la esencia del vehículo, que tiene que ver con que nunca se limitó a su condición de vertiginoso deportivo como todo Porsche, sino que a sus clientes le ha sabido ofrecer un manejo sin prisa.
El Porsche 944 llegó a ser el coche más vendido de la marca, aunque, como en su tiempo actuó el Porsche 912, sirvió como modelo de apalancamiento comercial para que estrellas como el 911 siguieran luciéndose en sucesivas generaciones. En cuanto a su trascendencia y prestigio futuro, su estilo de diseño e incluso sus líneas angulares, además de la disposición de motor delantero, hicieron de él un objeto de críticas. ¿El hecho de que Porsche sea una marca con una línea de diseño bien definida valida que todo modelo marginado de tal norma deba ser visto y analizado bajo ese condicionante? No lo creo.
Mauro Blanco
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