Hace unos días conocíamos la noticia de que el piloto finlandés Mika Häkkinen anunciaba su retorno a las carreras, y no pude evitar acordarme de una edición limitada que Mercedes-Benz lanzó en su honor hace nada menos que 21 años. Fue un tributo por ser ganador del campeonato de 1998 a los mandos de un McLaren MP4-13, por lo que McLaren-Mercedes hizo doblete aquella temporada.
No sabemos cuál sería el modelo de la marca de la estrella que más le gustaba al piloto por entonces, pero el elegido para llevar su apellido fue un inofensivo Mercedes-Benz A 160 que vio transformada su imagen para dotarle de un aspecto de lo más peculiar. Para empezar, la carrocería se pintaba con los colores de la escudería McLaren-Mercedes, tomando como base un gris que podría hacer recordar a los “Flechas de Plata”, los últimos grandes éxitos de competición de la marca en la década de los años 30.
Se combinó con otros tonos con los que también contaba el monoplaza como el gris oscuro y el rojo en los bajos de la carrocería. El nombre del piloto y la bandera de su país aparecían en las puertas delanteras y el número 8 de su dorsal se repetía en el capó y portón trasero. Remataba el conjunto exterior la doble salida de escape y las llantas de 17 pulgadas firmadas por AMG.
El interior presentaba también una decoración muy vistosa en la que predominaba el color rojo por encima de cualquier otro. Cubría prácticamente todo el salpicadero, el aro del volante, parte del tapizado de las puertas o los asientos de piel. Otros detalles de talante deportivo eran los pedales de aluminio o el fondo blanco de la instrumentación. Sobre el pomo de la palanca de cambios quedaba identificado el número de cada unidad, puesto que se trataba de una edición limitada a solo 250 coches.
Lo menos sorprendente, y que cuadraba poco con el espíritu RACER esperable, era su motor, y en consecuencia, las prestaciones que conseguía. Se trataba de un bloque de cuatro cilindros con 1.598 centímetros cúbicos y una potencia de 102 CV. Las cifras oficiales declaraban una velocidad máxima de 182 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 10,8 segundos. Lástima que por entonces no se vendieran los A 190 o A 210, más potentes y prestacionales, y acordes a una versión como esta.
En cuanto al comportamiento, todos sabemos la historia del pequeño Mercedes y su famosa prueba del alce que obligó a la marca a incorporar el ESP de serie -¿querrían demostrar algo con este Clase A “de carreras”?-. Para el Edition Häkkinen se recurrió a unos neumáticos mucho más anchos que los de serie con un perfil muy bajo (205/40), y era lo que más condicionaba sus reacciones y falta de confort sobre asfalto roto.
Una edición más pensada para los seguidores del piloto que para fans del primer Clase A, aunque alguno habrá y eche de menos un pequeño utilitario/monovolumen práctico para la ciudad con la estrella de tres puntas en la parrilla. Lo que no podía esperarse en ningún caso era pilotar algo similar a un F1 de Häkkinen y, siendo sinceros, ni siquiera en apariencia se acercaba.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.COMENTARIOS