Los Tesla empezaron a instalar componentes para conducción semiautónoma en enero de 2014, hace ya cinco años, pero no fueron funcionales hasta el 15 de octubre de 2015. Esa es la primera generación de Autopilot (HW1), el sistema de conducción semiautónoma que puso patas arriba el mercado en cuanto a tecnología. La segunda generación (HW2) se empezó a instalar en octubre de 2016, pero no se activó a nivel práctico hasta el 21 de enero de 2017, hace ya dos años.
En todo este tiempo los Tesla han recorrido, con el Autopilot activado, más de 1.729 millones de kilómetros (a fecha de 24 de diciembre), o en unidades “yankis”, más de mil millones de millas (ya que 1 billion = 1.000 millones), según cálculos de un investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). La cifra no es más bestia porque los 200.000 Model 3 que han sido entregados no cuentan siempre con la costosa opción del Autopilot, 5.000 dólares en el momento de la compra y 6.000 dólares si ha de instalarse después.
Como hablamos de coches eléctricos, el ahorro en barriles de petróleo y de contaminación nos podría acabar mareando
Tengamos que cuenta que la segunda generación está preparada, teóricamente, para servir para un nivel de conducción autónoma SAE 5, es decir, el coche conduce solo. El software que permitirá eso todavía no está desarrollado, por lo que el sistema funciona de forma limitada. Según la compañía, usar Autopilot recude hasta en 4 veces la posibilidad de tener un accidente. Como apuntan investigadores y académicos, la comparación no es totalmente objetiva, ya que hablamos de conductores de coches de gama alta que suelen moverse por zonas muy concretas de EEUU.
Los resultados del investigador Lex Fridman se plasman en este gráfico. Para el inicio de 2020 ha calculado, mediante proyecciones, que se habrán recorrido en total más de 3.768 millones de kilómetros con este sistema activado. Esa cifra es incómoda, mejor traducirla a 39,5 unidades astronómicas (UA), que es una distancia a caballo entre Urano y Neptuno, es decir, a hacer puñetas de aquí.
El Autopilot permite retirar las manos del volante durante un tiempo determinado, pero se supone que requiere la atención del conductor en caso de imprevisto. Mucha gente no cree que eso sea necesario, la primera víctima mortal usando Autopilot iba viendo una película de Harry Potter y circulaba por una vía donde Autopilot no está diseñado para funcionar.
Tras algunos accidentes muy mediáticos se limitó la funcionalidad de Autopilot para obligar a los conductores a poner las manos en el volante más a menudo, o el sistema se desconecta
Fridman ha apreciado que está descendiendo la cifra de millas recorridas cada día. En noviembre de 2016 eran 7,91 millas/día (12,73 km), cuando no se había vendido un solo Model 3. En diciembre de 2018 la distancia diaria era 4,69 millas/día (7,55 km), pero no deja de ser el 14,5 % del recorrido diario de estos coches. Fridman ha tenido en cuenta el número de Tesla que se supone tienen Autopilot instalado. Las cifras parten de diversas fuentes y deben considerarse como relativamente precisas, no absolutas. Solo Tesla tiene esa información, pero no es pública.
En teoría, los vehículos que usan Autopilot forman parte de una red neuronal que está perfeccionando constantemente el sistema, ya que los coches “aprenden” y transmiten sus experiencias a los demás a través de conexión a Internet inalámbrica. Si eliminamos de la estadística los accidentes en los que se han visto involucrados coches de esta marca, con Autopilot, y con un uso negligente por parte del conductor, hablaríamos de una siniestralidad ridícula. Y no es conducción totalmente autónoma. A los agoreros se les están acabando los argumentos a base de cifras.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS