Imagina hacer un viaje ideal por los Estados Unidos de América. Ruta 66, un Ford Mustang, una Harley-Davidson… hay muchos vehículos icónicos dentro de la historia de la automoción norteamericana para disfrutar de un viaje por sus tierras. Sin embargo, Red Bull tiende a hacer las cosas de manera un tanto diferente a otros equipos y su aventura en las vacaciones de verano de Fórmula Uno no es para menos.

Daniel Ricciardo ha preferido tomar prestado el Red Bull RB7 de 2011 para realizar su extravagante viaje por carretera en Estados Unidos. Con un posible Gran Premio de Miami en la recámara para 2020, Red Bull aprovechó la oportunidad para mostrarse cerca de algunos de los lugares más emblemáticos del país. La montura elegida ha sido uno de los monoplazas más dominadores de la categoría, con 18 pole positions y 12 de las 19 carreras del campeonato ganadas, además de conseguir el mundial de pilotos y constructores con Sebastian Vettel al volante. Ricciardo no ha competido con él.

Los F1 estás diseñados para asfaltos suaves y prístinos, por lo que sobre el pavimento de la ciudad parece una pelota de playa rebotona

El viaje incluyó varios pit stops en la costa oeste del país, desde San Francisco (California) hasta la “ciudad del pecado” -Las Vegas (Nevada)-, pasando por los preciosos paisajes de Monument Valley (Utah). La parada al otro lado del puente Golden Gate fue obligatoria, así como el Bay Bridge que conecta San Francisco con Oakland. Atravesando el centro de Monument Valley, Ricciardo se encuentra con multitud de los westerns clásicos dirigidos por John Ford, para culminar en Las Vegas con un V8 de Renault haciendo de banda sonora.

Tras 3.000 kilómetros de viaje, es un bien necesario tomarse un descanso para proseguir con la segunda parte del vídeo. Aunque el australiano abandone el equipo de Milton Keynes a finales de este año para marchar a Renault, nos ha prometido que habrá una próxima entrega.