Se presentó en el Salón de Ginebra del año 2013. En esta segunda generación -E12- el Nissan Note pretendía quitarse la etiqueta de “monovolumen” con la que nació en su 1ª generación (2006) y encajarlo de lleno en el segmento B convencional. Como todos los vehículos de esta concepción, el diseño de su carrocería permite un aprovechamiento máximo de su interior para ubicar a una familia de cuatro miembros, acompañado de un discreto maletero de 325 litros de capacidad mínima, pudiéndose ampliar gracias al plegado de sus plazas traseras por partes y a su desplazamiento longitudinal.
En Nissan han pensado en los más pequeños -más bien en los papás- gracias a la generosa apertura a 90º de las puertas traseras, que facilita su entrada y salida así como la instalación de una sillita infantil
El principal rival del Note era otro japonés, el Honda Jazz, aunque éste último posee menos tecnologías de ayuda a la conducción interesantes, como la cámara de visión 360º, un gadget que no me parece imprescindible, aunque sí interesante en un vehículo que ronda los cuatro metros de longitud. Su enfoque era claramente práctico: versatilidad, espacio y economía de uso, no busquemos deportividad en este coche.
Existían diferencias apreciables entre ambas generaciones del Note. Exteriormente presentaba unos rasgos más afilados, tales como los faros delanteros y los paragolpes y el nacimiento del pilar A estaba más alejado de conductor. La zaga presentaba una caída menos vertical y unos pilotos más angulosos con un diseño tridimensional, era menos monovolumen.
Ya en el interior nos encontrábamos con unas calidades normalitas, acorde con las pretensiones del coche. Tenía unos cuantos huecos repartidos por el habitáculo para guardar cosillas como los compartimentos de las puertas, posavasos centrales, una guantera doble, etc. En el centro del salpicadero estaba situado el navegador Nissan Connect 2.0, que llevaba incluido las funciones de navegador GPS con mapas en 3D, radio y reproductor de fuentes externa de música.
Existía una función que te permitía preparar la ruta de un viaje desde un ordenador cualquiera en tu propia casa y enviarla al coche: Google send to car
La otra novedad importante es lo que denominaban Safety Sheld o “escudo de protección inteligente”, constituido por tres elementos: el detector de ángulos muertos, detector de movimiento posterior y alerta de cambio involuntario de carril. No es necesario extendernos en explicarlos.
El motor 1.2 DIG-S era un tricilíndrico de gasolina estrenado en el Micra, sobrealimentado para entregar 98 CV, y la verdad es que se quedaba cortito -efectos secundarios del downsizing-. A pesar del chute que le suponía el compresor, su comportamiento era casi como el de un atmosférico, pues la potencia máxima la alcanzaba rozando las 6.000 RPM. A su favor teníamos que decir lo poco que consumía, entre 5,5 l y los 6 l/100 km. Casaba mejor con su filosofía de coche tranquilo y minifamiliar el bloque diésel, un 1.5 dCi de origen Renault de 90 CV, con buena respuesta entre las 1.500 RPM y las 4.500 RPM, y sobre todo su consumo ya que rara vez superaba los cuatro litros -según el ordenador-.
Como sabemos, hoy en día los SUV han canibalizado casi todos los segmentos del automóvil, y salvo honrosas excepciones -como el Honda Jazz- la mayoría de los fabricantes han abandonado el resto de segmentos monovolumen en pro de la fiebre SUV irracional, y en este caso el Nissan Note dejó de fabricarse en mayo de 2017 en Europa, aunque goza de un gran éxito en Japón gracias a su versión híbrida.
Como curiosidad, mencionar que no tenía un nombre muy afortunado para los cataloparlantes, ya que “Note” se parece mucho a “no tiene”.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS