Cuando se anunció el resurgimiento de su nombre, un retorno en modo todo eléctrico se instaló entre las posibilidades. Sin embargo, poco tiempo pasó para que se descartara y se confirmara su vuelta como coche híbrido. El nuevo Honda Prelude continúa en su cuenta regresiva y, declaraciones oficiales mediante, vuelve a la agenda a la espera de su lanzamiento.
Hay datos técnicos que ya están sobre la mesa y algunos llaman la atención por resultar insuficientes. La potencia no lo es todo en el rendimiento. Eso está claro. No obstante, en un deportivo como el Prelude, no llegar a 200 CV –ni siquiera acariciarlos– abre el interrogante inevitable: ¿por qué no? En entrevista reciente con los colegas de Top Gear, el jefe de proyecto del coche se confesó y explicó los motivos.
¿Se acuerdan que días atrás le dedicamos unas líneas al nuevo aire que goza la relación peso-potencia en los fabricantes? La cosa parece ir por ahí. Si apuestas por la ligereza, no hay necesidad de altas dosis de caballos. Y si consideras la fórmula potencia-peso-peso de Koenigsegg –sobre la cual pusimos el foco en ese mismo artículo– el coeficiente que traduce en números el desempeño integral de un deportivo es todavía más atractivo a pesar de no contar con un gran poder de motor.
Repasándola, la fórmula Koenigsegg establece que un coche con potencia abismal y peso proporcional podrá lucirse en rectas, exprimiendo al máximo su velocidad de punta, pero en situaciones reales de conducción todo cambia: si hay dos coches que tienen exactamente la misma relación potencia-peso y uno de ellos pierde por amplia diferencia en potencia pero compensa con un peso igual de bajo, ese acabará siendo el más efectivo en trazados reales.

El nuevo Honda Prelude: razones para no ir más allá en la potencia y la importancia de un motor térmico
A juzgar por los dichos de Tomoyuki Yamagami a la versión española del medio británico, el nuevo Honda Prelude parece adoptar esa filosofía. “En situaciones habituales, siempre se está muy por debajo del rendimiento máximo (…) Era importante encontrar un equilibrio”, aclaró el jefe de proyecto sobre la búsqueda de las mejores capacidades hacia ese “vehículo total”.
Una medida que se toma considerando el conjunto de factores, porque Yamagami también hizo hincapié en las otras consecuencias que un fabricante debe asumir si se opta por una potencia acorde a lo que a priori parecería lógico: “Podemos hacer un tren de potencia de 250, 300 CV, pero entonces sería más pesado, más grande. Tal vez no quepa en el vano motor, por lo que tendríamos que cambiar el diseño del coche”. Una regla básica que data de los célebres dichos de Colin Chapman.
El nuevo Honda Prelude pesará entre 1.400 y 1.450 kilogramos, y la marca japonesa entiende que, de esa manera, se logra el objetivo de la ligereza aún utilizando una arquitectura híbrida. Yamagami sostuvo que “a pesar de su sistema híbrido con dos motores eléctricos y uno de combustión, y la batería, estamos básicamente en el rango de un vehículo deportivo convencional con un tren motriz convencional.
“La sensación, el peso y el coste”, De esa forma justificó la decisión de que el Prelude fuese híbrido y no cien por ciento eléctrico. Sabe el jefe de proyecto que no podían prescindir de un motor térmico cuando subraya que “el sonido del motor es un aspecto muy importante de la percepción dinámica y la parte emocional de un tren motriz”.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS