El Porsche 944 Turbo era mucho más que una simple versión más potente del modelo alemán. La personalidad, los cambios introducidos, sus capacidades… Todo estaba muy lejos de las versiones más accesibles, incluso las exigencias hacia el conductor, pues aunque no tuviera el motor colgado por detrás del eje trasero como el 911, no era un coche apto para novatos.
La puesta en escena del Porsche 944 no fue ninguna sorpresa, era una evolución del Porsche 924, pero en esta ocasión, el motor no era de origen foráneo, era un cuatro cilindros desarrollado por la propia Porsche. De esta forma, aunque con el motor colocado delante, era un auténtico Porsche a ojos de todo el mundo, aunque también se fabricó en las instalaciones de Audi en Neckarsulm.
El 944 Turbo hizo acto de presencia en 1985, tres años después del lanzamiento del coupé alemán. Tener una versión sobrealimentada se había vuelto algo indispensable desde que se lanzara el Porsche 930 Turbo y sobre todo en los modelos transaxle, los cuales, ya tenían que lidiar con el estigma de llevar el motor delante y, para colmo, refrigerado por líquido. Detalles, curiosamente, que resultaron un problema para los puristas, pero que permitieron que la marca saliera adelante gracias a sus buenas ventas. Está claro que los puristas, por lo general, no suelen tener razón.
Así, el Porsche 944 Turbo se colaba en el olimpo de los deportivos “de tomo y lomo”, gracias a un motor que, en aquellos años, era un portento. Un cuatro cilindros de 2.479 centímetros cúbicos, dos válvulas por cilindro y un solo árbol de levas, sobrealimentado por un turbo KKK K-26 que soplaba a un máximo de 0,75 bares e intercooler, para desarrollar 220 CV a 5.800 revoluciones y 33,6 mkg a 3.500 revoluciones. Un propulsor que se combinaba con un cambio manual de cinco relaciones y un desarrollo final de 41 km/h a 1.000 revoluciones en quinta.
No había muchos cambios exteriores que diferenciaran al 944 Turbo del resto de versiones, pero si sabías donde mirar, encontrarías detalles como el spoiler trasero, las llantas, el paragolpes trasero con un elerón…

Es cierto que cualquier utilitario deportivo moderno le supera en cifras de potencia con cierta facilidad, incluso con motores más pequeños, pero en 1985, el Porsche 944 Turbo era un coche de respeto. Podía rozar por muy poquito los 250 km/h, los 400 metros con salida parada los completaba en 14,5 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, en 26,1 segundos. Las recuperaciones desde 40 km/h en cuarta, hasta los 400 metros, se completaban en 17,1 segundos y los 1.000 metros desde 50 km/h en quinta, en 33,2 segundos.
Pero si las frías cifras no te dicen nada, podemos “tirar” de pruebas de aquella época, como la publicada en el número 1.368 de la revista Autopista –octubre de 1985–. En ella, definen las suspensiones como “bastante rígidas”, pero también matizaban que “cumplen a la perfección con su cometido, y hacen que no solo el asentamiento del coche sea casi perfecto y que la inclinación de la carrocería en las curvas sea prácticamente nula, sino que incluso sea suficientemente confortable”. También dicen que con asfalto muy roto se podía, incluso, hacer tope con la panza del coche.
El motor también se ganó halagos y lo tildaron de elástico, así como muy rápido, para ser turbo, en la respuesta a las órdenes desde el acelerador. Sin embargo, la caja de cambios no jugaba en la misma liga y resultaba un poco lenta de accionar…
Un deportivo muy eficaz y veloz, que costaba, en 1985, 9.132.127 pesetas, equivalentes a unos 188.036 euros de 2025 –con la inflación añadida al precio de la época–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS