El Renault 21 Ti llegaba al meímetrrcado tras un notable éxito de ventas del sedán francés, ventas que, curiosamente, se habían centrado en la versión TXE, la más equipada y cara de la gama. Con la versión Ti, la Reggie quería ofrecer una versión con tintes algo más deportivos, un precio ligeramente más contenido –2.105.000 pesetas, 12.651 euros de 1986– y la solución de ciertos problemas que afeaban un poco un conjunto redondo, como la instrumentación digital, que podría ser muy bonita, sí, pero era frágil y una fuente de incomodidades.

La simple puesta en escena del Renault 21 allá por los años 80 fue, sin lugar, un éxito. El público ofreció una grandísima acogida al modelo que, por supuesto, no tardó en auparse a los primeros puestos de las listas de ventas. Tenía como objetivo reemplazar al Renault 18, un modelo que en España era muy apreciado, pero hizo que todo fuera muy sencillo.

A finales de los años 80, el panorama nacional en el segmento de los sedanes de tamaño medio era espectacular: Peugeot 405, Ford Sierra, Alfa Romeo 75, Citroën BX, Opel Ascona… No se puede decir que lo tuviera todo fácil, pero es evidente que cuando se hacen las cosas bien, los resultados llegan. Sin embargo, conformarse con lo que se ha obtenido, aunque no sea poco, es un error que pocos llegan a cometer. Por eso, aunque el Renault 21 estaba casi siempre entre los más vendidos –y con la versión más equipada, el 21 TXE–, los franceses lanzaron una opción más en busca de mantener ese interés y esas ventas al máximo.

El Renault 21 Ti era, en realidad, una versión un escalón por debajo del TXE, de hecho, compartían el mismo propulsor pero el equipamiento era algo más limitado. También había una versión TS, que se basaba en el Renault 21 GTS y empleaba carburadores. El R21 Ti, por su parte, usaba el motor con inyección de combustible y además, lucía una imagen más interesante. Por ejemplo, contaba con estribos laterales o un fileteado en rojo, claramente visible en las molduras de plástico laterales y en los paragolpes, que pretendían darle un toque más dinámico.

Con el 21 Ti, Renault ampliaba la gama por abajo y aumentaba el interés en el modelo, que ya de por sí era alto

Desaparece, en el Renault 21 Ti, la instrumentación digital y en su lugar, se implementan indicadores más tradicionales, que de paso, son más fáciles de leer y más precisos. Sin embargo, con la instrumentación digital también se marcha el ordenador de a bordo. Destacaba la opción de poder montar el ABS.

Bajo el capó, como se ha comentado antes, el mismo propulsor del Renault 21 TXE, un cuatro cilindros gasolina con centímetros cúbicos de carrera corta –88 por 82 milímetros para diámetro y carrera–, bloque y culata de aleación ligera, dos válvulas por cilindro e inyección electrónica Renix. La firma francesa anunciaba para este motor 120 CV a 5.500 revoluciones y 17,1 mkg a 4.500 revoluciones, que se enviaban a las ruedas delanteras mediante un cambio manual de cinco relaciones.

La velocidad máxima era de 198 km/h, mientras que el 0 a 400 metros lo hacía en 17,41 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, en 31,43 segundos. El 90 a 120 km/h –durante los años 80, algunas publicaciones como Autopista realizaban este ejercicio en lugar del 80 a 120 km/h– en cuarta lo completaba en 8,752 segundos y en quinta en 10,31 segundos.

En cuanto a su comportamiento en carrera, pues en general, muy neutro y correcto, pero claramente subvirador cuando se forzaban las cosas. Así lo decía J.M. Quesada en una prueba publicada por la revista Autopista en 1986, donde también alabó la dirección, pero se quejó de un volante resbaladizo.