Coche del día: BMW 523i (e39)

Coche del día: BMW 523i (e39)

“Solo” 170 CV, pero era uno de los conjuntos más lógicos de toda la gama


Tiempo de lectura: 3 min.

El BMW 523i era una de las opciones más, por así decirlo, lógicas, disponibles en la gama del BMW e39. Ofrecía prestaciones más que dignas, una imagen soberbia y unas cualidades dinámicas que, en la mayoría de los casos, nadie pondría totalmente a prueba. Era una compra coherente, entre aquellos que buscaban un sedán ejecutivo equilibrado.

La Serie 5 es uno de los coches más vendidos de BMW, o al menos lo eran antes de la llegada de los SUV. En su generación e39, la cuarta entrega del BMW Serie 5, además, pronto se posicionó como una de las referencias de su categoría e incluso revistas como Hagerty, especialistas en vehículos clásicos y con historia, lo ha llegado a considerar como el Jaguar MKII moderno, y eso ya es decir mucho con respecto al modelo alemán.

Y no es para menos, pues cualquier prueba de la época que se pueda leer, dejará claro que el sedán germano estaba a un nivel muy alto, en ocasiones, algo por encima de todos los rivales. Sobre todo las versiones que estaban animadas por motores de seis cilindros, como el BMW 523i, una de las versiones más equilibradas de la gama, aunque no estaba entre las más potentes.

Tener mucha potencia gusta, cualquier amante de los coches podrá corroborarlo, pero el poderío de un motor no lo es todo y en ocasiones, menos es más. En el caso del 523i e39, no estaba sobrado, pero tampoco faltaba caballaje. El seis cilindros que le daba vida tenía 2.494 centímetros cúbicos –con bloque y culata de aleación–, cuatro válvulas por cilindro, dos árboles de levas, inyección electrónica Siemens y, por supuesto, ningún tipo de sobrealimentación. Rendía 170 CV a 5.500 revoluciones y 25 mkg –unos 245 N– a 3.950 revoluciones y todo ello se gestionaba mediante un cambio manual de cinco relaciones.

Sus 170 CV podrían parecer poca cosa, pero su peso se quedaba en cerca de 1.500 kilos, la relación peso-potencia no era tan mala

BMW 523i e39 (2)

Esos 170 CV pueden parecer pocos, pero el e39 podía alcanzar los 228 km/h con ellos, así como acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos, los 400 metros desde parado en 15,99 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, en 29,40 segundos. No era, como se suele decir, un tiro, pero lento tampoco se podía considerar, menos todavía cuando el peso rondaba los 1.500 kilos.

BMW es conocida por el talante dinámico de sus coches, pero en los años 90, en el segmento de los sedanes de tipo ejecutivo –unos 4,70 metros de largo–, la puesta a punto estaba más enfocada al confort que a la deportividad. No obstante, incluso así, era más eficaz en curva que la mayoría de los rivales y también se podía ir un poco más allá, al optar por la suspensión opcional desarrollada por M Motorsport.

El precio de partida era de 6.013.000 pesetas, 36.139 euros de 1995, 70.796 euros si añadimos el IPC desde entonces. Una tarifa que, como ocurre también actualmente, no es para todos los bolsillos. De todas formas, como cabe esperar, el equipamiento era generoso, aunque en aquellos años la forma de trabajar de las marcas premium era un tanto particular, pues había muchas cosas que uno esperaba verlas de serie, pero estaban en la lista de opciones.

De serie, el BMW 523i tenía cuatro airbags –dos frontales y dos laterales delanteros–, control de tracción, espejos eléctricos, cinturones delanteros regulables, faros regulables desde el interior, radiocassette, ABS… El cuero, por ejemplo, algo que se da por sentado en un coche de su precio, costaba 413.338 pesetas, las llantas de aleación ligera también se pagaban aparte y, como curiosidad, también suponía un coste adicional el asiento trasero abatible.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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