Ahora que AC Cars ha anunciado el relanzamiento del modelo que sirvió de base para el mítico AC Cobra, es un buen momento para recordar un modelo que estuvo a punto de comercializarse en la primera década de los años 2000, y que tomaba prestado el nombre del AC Ace.
No habría sido la primera vez que un modelo de AC retomara la denominación Ace: en el recuerdo quedan los Brooklands Ace de 1993 y los Ace V8 de 1997. Para esta nueva iteración, la base sería la de un modelo de origen germano: el smart roadster.
El smart original fue fruto de la alianza entre Mercedes-Benz y el fabricante suizo de relojes Swatch, cuyo cofundador, Nicolas Hayek, había ideado lanzar al mercado un microcoche, y encontró en el fabricante de Stuttgart un aliado para llevarlo a cabo. Sin embargo, finalmente se desvinculó del proyecto. El desarrollo del smart roadster corrió a cargo exclusivamente de la marca de la estrella. Su objetivo: diseñar un automóvil que recuperara el espíritu de los roadsters ingleses de antaño.
¡Y lo consiguieron! Pero el mercado no supo valorar esta pequeña máquina “todo atrás”, que se mantuvo a la venta entre 2002 y 2005. ¿Era el final del smart roadster? Pues en principio no, porque había quien pensaba que este modelo merecía una segunda oportunidad. Estamos hablando de Project Kimber.
Estamos en 2005, y el fabricante británico MG Rover acababa de quebrar. El consorcio Project Kimber, dirigido por David James, mostró su interés en los restos del grupo británico (el nombre es una referencia a Cecil Kimber, fundador de MG), pero fue Nanjing Automobile la empresa vencedora. Esto no impidió a David James entrar en negociaciones con el fabricante chino para quedarse con la marca, pues el renacido smart roadster debería haber lucido en su frontal el octágono de MG. No pudo ser. En su lugar, el modelo de DaimlerChrysler llevaría ahora otras siglas: AC.
En 2006 se publican los primeros (y, a la postre, los únicos) bocetos del Ace, y éstos muestran diferencias significativas con respecto al modelo de base: para empezar, el detalle más llamativo son unas puertas de apertura en élitro. El frontal recibe bastantes cambios, recordando en cierto modo al Austin-Healey Frogeye Sprite, pero también al prototipo Mini ACV30. En la trasera hay menos cambios, mientras que en el lateral se disimula la célula de seguridad Tridion y aparece un logotipo AC. El color elegido para los bocetos es el típico verde inglés.
El interior presenta un agradable acabado bitono. Estaban previstas versiones abiertas y cerradas, como en el modelo original, y la motorización debía llegar de la mano de Mitsubishi: un tres cilindros de un litro, con o sin turbocompresor. El comportamiento no debería diferir con respecto al modelo del que derivaba, ofreciendo diversión en la conducción y consumo reducido.
Los planes de comercialización incluían Europa, América y Japón, y algunas fuentes citaban la posibilidad de aumentar la gama AC. Se habló de una factoría en Gales, pero la financiación del proyecto no llegaba a concretarse, y la fecha de inicio de fabricación se iba posponiendo. Además, en ningún momento se llegaron a ver prototipos físicos. Finalmente, en 2008 el sitio web de Project Kimber desaparecía de la red, y con él, las esperanzas de que el smart roadster volviera a la producción bajo la insignia de la marca británica. Una oportunidad perdida.
Jesus Alonso
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