El Volkswagen Passat 1.8T no tardó mucho en marcar el camino para muchos de sus rivales en cuestión de prestaciones, pero también de calidad general, en tacto y hasta en consumos. No en balde, el Passat B5 era un gran coche, mientras que el motor 1.8 turbo se convirtió en una de las referencias del segmento, formaban un gran conjunto.
La quinta generación del Volkswagen Passat hizo acto de presencia en 1997 y suponía un enorme cambio con respecto al Passat B4. Era más redondeado y al mismo tiempo más señorial y serio, era más grande, mejoraba en calidad de acabados y además, tomaba como punto de partida la plataforma PL45, la misma que daba soporte al Audi A4 (B5). Eso, por otro lado, llevó su longitud hasta los 4,68 metros, era uno de los sedanes más largos de su categoría.
Aquella primera entrega del Volkswagen Passat B5 contó con una gama de motores muy completa, con especial protagonismo de los ya míticos 1.9 TDI, pero en gasolina también tenía grandes protagonistas, como el 1.8 turbo, uno de los motores más polifacéticos que se podían encontrar no solo en Volkswagen, sino en toda la industria del automóvil allá por finales de los 90 y comienzos de los 2000.
En aquellos años, todo lo que no fuera diésel perdía interés incluso para la prensa y resulta llamativo que algunos de los mejores motores gasolina aparecieran en aquel momento. Quizá se buscaba compensar un poco las ventas de turbodiésel, pero con el 1.8 turbo, los alemanes hicieron un gran trabajo. En el caso del Passat, se trataba de la versión de 150 CV, la menos potente de todas las sobrealimentadas –había una versión sin turbo con 125 CV–.
Volkswagen alcanzó, con el Passat B5, un nivel de calidad notable, fue con este coche con el que de verdad empezó a despuntar y el motor 1.8 turbo no hacía más que potenciar esa sensación
Concretamente, rendía 150 CV a 5.700 revoluciones y 21,4 mkg a 1.750 revoluciones, como si fuera un diésel. Tenía exactamente 1.781 centímetros cúbicos –con carrera larga: 81 por 86,4 milímetros para diámetro y carrera–, culata con doble árbol de levas y cinco válvulas por cilindro, turbo e intercooler. Podía mover con bastante soltura una quinta de 37,36 km/h a 1.000 revoluciones –la caja de cambios, manual, “solo” tenía cinco marchas– y además de poner al Passat a 223 km/h, anunciaba un consumo de 7,9 litros.
Sí, comparado con los datos de consumos anunciados por los 1.9 TDI, que rondaban los cinco litros gracias a una normativa de homologación que se demostró nefasta, se podría pensar que el gasolina turbo gastaba en exceso, pero nada más lejos de la realidad, los consumos eran buenos para su potencia y para el peso con el que tenía que lidiar, que según datos oficiales era de 1.355 kilos.
Con datos de la revista Autopista –que comparó en una interesante ocasión al Passat 1.8T con el Bora V5–, decía que el motor 1.8 20 válvulas turbo, lograba unas buenas aceleraciones y unas buenas recuperaciones. El 0 a 100 km/h lo completaba en 8,99 segundos, los 400 metros con salida parada llegaban en 16,49 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, en 30,11 segundos. En cuanto a recuperaciones de 80 a 120 km/h, en cuarta se hacían en 10,21 segundos y en quinta en 13,31 segundos.
Por otro lado, en curvas, el Volkswagen Passat 1.8T no era un coche con aspiraciones deportivas, pero en aquellos años la firma alemana se había posicionado muy bien en el mercado. Destacaba por estabilidad y sensación de control, aunque en cambios de apoyo tendía a rebotar un poco. Los frenos estaban a un gran nivel y el confort seguía el mismo camino. No obstante, para tener un Volkswagen Passat 1.8T en el garaje, había que desembolsar 4.734.000 pesetas, 28.452 euros de 1998, 52.153 euros de 2024.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS