Coche del día: Opel Astra 1.4 16 GL (F)

Coche del día: Opel Astra 1.4 16 GL (F)

Un coche un poco contradictorio


Tiempo de lectura: 3 min.

El Opel Astra 1.4 16 GL era el segundo escalón en la gama del compacto alemán, un escalón que, a tenor de lo que decía la prensa de la época, resultaba un poco contradictorio. El motor tenía un rendimiento bastante bueno, mientras que cosas como las suspensiones, la dirección o los frenos, no estaban a la altura. Se podía conseguir por un precio contenido, pero a cambio, el equipamiento era muy limitado.

Cuando tocó el momento de reemplazar al Opel Kadett, seguramente que las cabezas pensantes se dejaron toda su esencia para dar forma a un coche que pudiera, como poco, mantener el tipo y el mismo talante que convirtió al Kadett en un éxito de ventas. El resultado fue el Opel Astra, un modelo que heredó, efectivamente, muchas cosas del Kadett, como la denominación, pues así se llamaba el compacto alemán en la gama de Vauxhall.

Apareció en 1991 y en 1995 recibió un restyling. Fue entonces cuando la versión de acceso, el acabado GL, estrenó un nuevo motor que hizo, ahora sí, que fuera una opción interesante dentro de la gama. Hasta el momento, la versión de acceso había tenido un motor de 1,4 litros con unos raquíticos 60 CV, pero se abrió el capó del Tigra 1.4 y se tomó ese motor, un 1.4 16v con 90 CV, para meterlo en el vano motor del Astra.

Según la prensa de la época, la adopción de este motor fue todo un acierto pleno. La revista Coche actual decía que estaba a la altura de coches como el Citroën ZX 1.6, del Nissan Almera 1.6 e incluso del Renault Mégane 1.6. Es decir, tenía las prestaciones de bloque de 1,6 litros de ocho válvulas y además, una gran elasticidad, lo que hacía que fuera un motor muy agradable de usar día a día.

El Astra 1.4 16v GL tenía un equipamiento excesivamente limitado, una auténtica opción de acceso a la gama, pero con un motor de 90 CV

Como se ha comentado antes hablamos del bloque que daba vida al Opel Tigra 1.4, un cuatro cilindros de 1.389 centímetros cúbicos con culata de cuatro válvulas por cilindro, que rendía 90 CV a 6.000 revoluciones y 125 Nm de par a 4.000 revoluciones. Se combinaba con un cambio manual de cinco relaciones, una transmisión, por cierto, que fue tildada, básicamente, de horrorosa por manejo –tacto esponjoso y poco preciso, así como recorridos larguísimos del selector–, pero bastante buena en cuanto a desarrollos. Sirva de ejemplo que la quinta se quedaba en 29,8 km/h a 1.000 revoluciones.

El conjunto motor-cambio movían con bastante soltura los 1.092 kilos que pesaba el coche. La velocidad punta era de 178 km/h, con un 0 a 100 km/h en 12,1 segundos, mientras que los mil metros con salida parada los completaba en 34,3 segundos. Y ello, sin necesidad de disparar los consumos, con una media, según los registros de mencionada revista Coche actual, de 7,4 litros.

No obstante, aunque el motor era bueno y el cambio tenía un buen desarrollo, el chasis no podía decir lo mismo. Alberto Díez, quien firmó la prueba que hemos comentado, decía que la suspensión era excesivamente blanda, lo que provocaba que tardará mucho en cambiar de apoyo y obligaba a continuas correcciones de trazada. Los frenos, por su parte –discos macizos delante y tambores detrás– no tenía potencia y la dirección era muy lenta, sobre todo si se montaba la dirección asistida opcional.

Y ya que se mencionan opcionales, no podemos dejar pasar la ocasión. El precio del Opel Astra 1.4 16v GL era de 2.129.000 pesetas. unos 12.795 euros –sin IPC, por supuesto–, pero a cambio, había que pagar aparte casi todo: ABS, aire acondicionado, cierre centralizado, dirección asistida, elevalunas eléctricos delanteros, llantas de aleación… Solo montaba de serie el airbag del conductor.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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