El Hyundai Coupé 1.6 FX fue un coche que, en apenas unos años, inundó las carreteras españolas. Pocos coupés han tenido un éxito tan notable como el que tuvo el modelo surcoreano, y pocos han sido olvidados tan rápido como el Hyundai Coupé. Todavía es fácil ver unidades en las calles, pero no levantan el mismo interés que cualquiera de sus coetáneos…
Allá por 1996, Hyundai rompió el mercado sin apenas proponérselo, ¿quién pensaría que un coupé, por humilde que fuera, sería un coche con unas ventas tan elevadas y con un peso tan importante en su segmento. En aquellos años, los coupés tenían bastante imagen entre los usuarios y que, de repente, hubiera uno al alcance de tanta gente, solo podía acabar de una manera: éxito.
Con el Hyundai Coupé 1.6 FX se combinaron varias cosas: diseño –obra de Pininfarina–, precio, motor –de origen Mitsubishi– y una conducción ya no deportiva, pero sí entretenida –el chasis fue desarrollado con ayuda de la división técnica de Porsche–. También es cierto que no era el único que conjugaba tales argumentos, ahí estaba el Mazda MX-3 1.6i, que tenía unas prestaciones similares, un diseño realmente atractivo y un precio muy similar. El Hyundai Coupé 1.6 FX costaba 2.445.000 pesetas –14.695 euros, sin IPC–, mientras que el mencionado Mazda MX-3 1.6i costaba 2.525.000 pesetas –15.175 euros, sin IPC–.
Sin embargo, el modelo surcoreano arrasó, y eso que no estaba tan equipado como el mencionado Mazda o como otros rivales ligeramente más caros –a igualdad de equipamiento, las diferencias eran mínimas, pero ni siquiera se podía montar airbag– y su motor no era muy potente, aunque estaba en la media del segmento. El propulsor del Hyundai Coupé 106 FX era un cuatro cilindros de 1.599 centímetros cúbicos de carrera larga –77,4 milímetros de diámetro por 85 milímetros de carrera–, culata de cuatro válvulas y dos árboles de levas e inyección electrónica, que rendía 114 CV a 6.100 revoluciones y 14,6 mkg –143 Nm– a 3.000 revoluciones.
Popular como pocos coupés han sido, la versión 1.6, con sus 114 CV, estaba en la media del segmento por prestaciones, pero por detrás en equipamiento, sin ser, realmente, el más barato
El cambio era de cinco relaciones, la potencia se enviaba a las ruedas delanteras, las suspensiones era bastante comunes –aunque no por ello malas– con McPherson delante e independiente detrás, con estabilizadoras en ambos ejes y frenos que incluían tambores para las ruedas traseras. Puede resultar chocante que montará tambores atrás, pero nada fuera de lo normal, el mencionado Mazda MX-3 1.6i también los incorporaba, al igual que, por ejemplo, el Honda Civic Coupé 1.6 LS.
Mencionar esos dos modelos no es casualidad, pues la revista Automóvil los comparó en uno de sus números y nos servía para dar una imagen más clara de donde se posicionaba el Hyundai Coupé más barato. De hecho, esa misma comparativa menciona otros detalles igualmente interesantes. Como cabría esperar por las cifras de su motor, las prestaciones no son nada del otro mundo, con una velocidad máxima ligeramente superior a los 180 km/h, un 0 a 100 km/h de casi 12 segundos, así como un 70 a 120 km/h en 10,9 segundos, por poner algunos ejemplos.
Curiosamente, la puesta a punto del chasis era la misma para todas las versiones, no había diferencias en cuanto a tarado de suspensiones, configuración de la dirección y tamaño de neumáticos. Sin embargo, si había diferencia en cuanto a marca. El Coupé 2.0 montaba Michelin Pilot SX y el Coupé 1.6 FX montaba cubiertas Hankook, lo que influia, siempre según lo dicho en la prensa de la época, una sensación de flotabilidad del eje delantero en línea recta, así como mucha deriva en caso de afrontar curvas a ritmo algo rápido.
No quiere decir que fuera un coche peligroso o delicado de conducir, simplemente, no era todo lo deportivo que uno esperaba al ver su diseño.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".No estaría de mas una foto de su interior
Lo sé, pero no hay fotos que podamos publicar del interior de esta versión. Del restyling, cuando adoptó el frontal con cuatro faros, sí hay imágenes, pero de este no he encontrado.