Cuando era un zagal, todos los años esperaba con gran ilusión dos revistas anuales: por un lado, el “Autocatálogo” de Luike-Motorpress; por el otro, el “Spécial Salon” de l’Auto-Journal. ¿La razón? Que en ellos se podían ver muchos de los modelos que se vendían en todo el mundo, algunos en pequeñas cantidades. Hoy día, con internet, tenemos toda la información a sólo un clic de distancia; pero en los ochenta y los noventa había que tirar de la prensa escrita.
Versiones raras, variantes desconocidas, kit-cars (no los de competi, sino de los que uno podía montar en su garaje), … Precisamente el modelo que os voy a presentar hoy pertenece a este último grupo, pues se vendió así en Estados Unidos, aunque en su país de origen se vendía montado. Hoy día no es tan sencillo porque la mayoría de modelos van con estructura monocasco (aunque tampoco es imposible, si no que se lo pregunten a la granadina Hurtan con sus Albaycín basados en el Renault Clio II) en lugar de con chasis y carrocería independiente. Pero en los años setenta, que es cuando nace este L’Automobile Ventura, era la disposición que había.
L’Automobile Distribuidora de Veículos Ltda. era un pequeño fabricante de Brasil fundado en 1975. Su idea inicial era hacer réplicas de modelos históricos… con base Volkswagen. El primer modelo estaba inspirado en el Alfa Romeo P-3 de 1931, pero claro, la fidelidad de las proporciones estaba restringida por el uso de una base comercial… El siguiente proyecto, que no llegó a ver la luz, fue una réplica del Bugatti T-35. Y ya en 1978, vio la luz el segundo modelo de este pequeño fabricante de São Paulo: el Ventura (no confundir con el Pontiac Ventura), un coupé con base Volkswagen Brasilia (ligeramente modificada) y mecánica del Volkswagen Variant II, por lo que se podían mantener suspensión, frenos, transmisión y dirección. La carrocería era de fibra de vidrio, los faros delanteros provenían del Dodge Polara y los pilotos traseros eran del Alfa Romeo 2300. Fue diseñado para ser asequible y fácil de fabricar, y se llegó a distribuir en Argentina, Alemania y Estados Unidos.
Cuando el Ventura llega al mercado brasileño, entre sus competidores están los Volkswagen SP2 (modelo específico del mercado brasileño), los modelos de Puma Indústria de Veículos S/A (nada que ver con los Ford del mismo nombre) y el Bianco S. ¿Adivináis de dónde procedía la base de los Puma y Bianco? Efectivamente, también de la marca de Wolfsburg.
El interior del Ventura ofrecía, entre otros equipamientos, cinturones de seguridad de tres puntos y varias opciones de lujo, como elevalunas eléctricos, aire acondicionado y un sistema estéreo con cuatro altavoces. Pero a pesar de su aspecto exterior, la mecánica no permitía una utilización muy deportiva… Por esa razón, en 1981 se presenta la versión RS con el motor 1.6 del Passat. Poco después el Ventura recibe cuatro faros rectangulares (también del Volkswagen Passat) y los pilotos traseros del Ford Corcel II. En 1983, debido a la recesión del país, los propietarios de L’Automobile liquidan la empresa y venden sus activos a L’Auto Craft Montadora de Veículos Ltda. El Ventura RS pasa a denominarse GTS y recibe cambios diversos que le hacen perder la limpieza de líneas del modelo original. También pertenecientes a la época de L’Auto Craft son una variante descapotable y el sucesor del Ventura, llamado Ventura II, pero que no llegó a entrar en producción.
La unidad que os traemos hoy está siendo subastada en Bring a Trailer. Es un modelo que necesita trabajo, pero funciona. Pintado en un color amarillo muy llamativo con rayas negras, presenta el frontal de cuatro faros (personalmente creo que le quedan mejor los proyectores del Polara), el motor es un 1.600 tetracilíndrico con dos carburadores Weber, los frenos son de tambor en las cuatro ruedas, viene con llantas de aleación de 13 pulgadas en el eje delantero y 14 en el trasero. El salpicadero es de color negro, los asientos son grises y blancos, el volante es de tres radios y la palanca de cambios tiene forma de pelota de golf (un detalle “muy Volkswagen”), sin olvidarnos del radio-cassette con ecualizador.
Sin duda es un modelo curioso que, poco a poco, va tomando más importancia dentro del mundillo. Así que, si quieres tener una porción de la historia automovilística de Brasil, aún estás a tiempo.
Jesus Alonso
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