La cultura restomod –o restomoding– crece como la espuma desde hace algunos años, pero crece, sobre todo, alrededor de los Porsche clásicos, sobre todo alrededor del Porsche 911. Hay otros trabajos de restomod relacionados con otros modelos, pero en ocasiones, como Kimera, está más cerca de una construcción casi nueva que de una restauración con modificaciones.
Uno de los últimos actores en ganar interés en este particular mundillo es Dutchmann, una empresa fundada y dirigida por Gavin Rooke, quien, por cierto, dice no estar de acuerdo al 100% con la definición de restomoding. Es cierto, según sus propias palabras, que restauran y modifican Porsche 911, pero afirma que no están haciendo, simplemente, una restauración con modificaciones. Básicamente, porque a pesar de realizar precisamente eso, un resmotod, no hay verdaderas modernizaciones, ni carrocerías ensanchadas, ni nada que cambie la personalidad o la esencia del coche de tal modo.
En realidad, lo que hacen es restaurar y modificar el coche, de forma que concuerde con su época de fabricación, con un margen de variabilidad muy pequeño y todos los encargos se realizan, dentro de lo posible, con piezas originales Porsche. No hay radio Bluetooth, no hay climatizador automático, no hay faros LED, ni siquiera hay llantas anchas y con más diámetro, todo tiene que encajar con la edad de fabricación del Porsche 911 sobre el que se trabaje.
Según cuenta Rooke, “empecé con una ética estricta de que nunca abandonaríamos el contenedor de repuestos de Porsche, pero fui bastante flexible en cómo lo haríamos”. Por ejemplo, si algún cliente pide reemplazar las molduras negras por unas cromadas, solo se realizará si existiera esa opción dentro de la serie del modelo. La idea es ofrecer un Porsche clásico, pero con especificaciones especiales, algo así como que se puede obtener hoy día con la división Porsche Exclusive Manufaktur.
Además, se mantiene siempre la imagen de cada generación del “Nueveonce”, es decir, no habrá Porsche 964 con carrocería inspirada en la Serie G, ni habrá un 992 con un estilo similar a los primeros ejemplares de la historia del coupé alemán. De hecho, parece que Rooke se siente molesto ante esa tendencia: “El 993 es hermoso por lo que es. Simplemente, quédese ahí”.
La revista CarBuzz, quienes han podido estar con Rooke, cuentan que no tienen miedo a rechazar cualquier trabajo si se desvía de los pilares básicos de la empresa. También cuentan que Rooke participa activamente en el diseño y en establecer las especificaciones de cada construcción.
Por supuesto, los trabajos de Dutchmann son caros, muy caros, como casi todo resmotod. Los precios arrancan desde 240.000 dólares en adelante, aunque eso es una estimación, el precio concreto no se establece hasta que se conocen todos los detalles del trabajo a realizar y la gama de modelos que desea el cliente.
Donde parece haber algo más de margen es en las especificaciones de motor, aunque siempre sin salir del banco de órganos de Porsche. Sobre todo, porque garantizan que cualquiera de sus creaciones podrá ser reparada y mantenida en cualquier taller especializado en Porsche.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS