V8, parece una simple letra acompañada de una cifra, pero para los apasionados del motor puede significar la diferencia entre coche de culto y coche del montón. Hace no tanto parecía sencillo, al adquirir un Maserati, bajo su capó, como poco, se escondía un V6, y si no era un modelo básico de la marca del tridente, podías esperar algo similar a la música celestial a través de los escapes como la de este Maserati Quattroporte GTS. A día de hoy se mueven incluso con mundanos cuatro cilindros ayudados por motores eléctricos para portar una suerte de pegatina ECO; con gusto no entraría al centro de la ciudad si puedo escuchar un V8.
En coches de este tamaño, incluso si nos vamos a marcas más “mundanas” como Mercedes, hemos sufrido lo que para muchos puede ser considerado un atraco a mano armada. No exagero, la anterior generación del C63 S AMG tenía “tan solo” 510 CV, sí, y el actual presume de 680 CV, ¿dónde está el problema? El anterior aún guardaba bajo su capó algo que nos estremecía: un V8. El actual guarda un tetracilíndrico, cuyos periféricos y motor eléctrico junto con su correspondiente batería ocupan más espacio que el propio propulsor.
La báscula marca un diferencial de 410 kg, que son la razón por la que el nuevo AMG jamás será respetado tanto como sus antecesores, pero sobre todo, el motor, el V8. Por eso apreciamos tanto la banda sonora, por eso, aunque no fuese ni el mejor ni el que más nos agradase, este Maserati Quattroporte GTS parece estar más cerca del ocaso de una estirpe que de la ópera prima de la automoción. Los más acérrimos a lo sensorial le perdonamos incluso su caja de cambios automática, pero jamás aceptaremos un Maserati con motor de cuatro cilindros ayudado por alguna suerte de motor eléctrico –como ocurre con el Maserati Ghibli Hybrid, por ejemplo–.
Maserati forma parte de esa lista de víctimas que han perdido parte de su identidad en el camino por la normativa en nombre de la ecología, de la misma forma que la descripción “hamburguesa de carne vegana” rechina para muchos sabiendo que en el proceso no ha habido una vaca pastando plácidamente. No estoy, incluso me tomo la licencia de incluiros, no estamos en contra de la ecología, está claro, pero tenemos otra perspectiva de aplicación de esas normativas ecologistas, el grueso de contaminación no lo forma un Maserati que se conduce de forma ocasional.
Pero, mientras podamos, disfrutaremos de la banda sonora que nos brinda el V8 de este Maserati, o cualquier V8, con sus peculiaridades. ¿Los datos? No son realmente significativos, pero el Maserati Quattroporte GTS esconde un V8 de Ferrari con 439 CV de potencia y 490 Nm de par con bloque y culata de aluminio, que cubica 3,7 litros de pura rabia y es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 5,1 segundos. Y está claro que no es ligero, pero es una berlina que sobrepasa los cinco metros y te permite desplazarte, además de a gran velocidad, con un nivel de confort inigualable, ¿nos compramos un Maserati entre todos?
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS