Renaulution. A nadie se le escapa que es un juego de palabras, una combinación de Renault y Revolution, es la forma que ha tenido la firma francesa de nombrar lo que, en teoría, tienen entre manos: una revolución en su forma de trabajar y en sus productos, una revolución de cara al futuro.
Pero claro, por mucho que las marcas te prometan La Luna, en ocasiones, cuesta creérselo. No sería la primera vez, ni será la última, que no hay revolución alguna, sino simple maquillaje. Así pues, ¿qué mejor que enfrentar uno de los últimos bollos salidos del horno francés, con su antecesor? ¿Qué mejor que enfrentar al Renault Austral E con el Renault Kadjar? Sobre el papel y según lo que promete la misma marca, la diferencia entre ambos coches debe ser de años luz y no siempre se tiene la oportunidad de comparar el modelo saliente con su reemplazo.
Sin embargo, yo tengo la suerte de tener un suegro que se compró uno de los últimos Kadjar en salir de fábrica, un coche matriculado a mediados de 2023 y que, para colmo, va equipado “hasta las trancas”, con acabado Techno y el motor gasolina turbo de 140 CV combinado con un cambio automático EDC de siete relaciones. Una elección que resulta interesante, pues su mujer tiene un Renault Mégane III –un fase 2 con el TCe de 115 CV– y anteriormente, tuvieron otro Mégane, un Renault 18 y un Renault 21. Son una familia “Renaulera” y además, están contentos con ello porque nunca han tenido un solo problema.
El Renault Austral llegó al mercado para reemplazar al Kadjar, y el salto generacional es brutal
Así, pues, en cuanto Renault me confirmó la fecha de cesión del Austral, hablé con mi suegro y le pedí su Kadjar, había que aprovechar la oportunidad. Lástima que no pudo venirse para conocer su opinión del Austral –tenía compromisos–, pero al menos pudimos comparar ambos coches y sacar muchas e interesantes conclusiones.
Como la noche y el día
Por lo general, cuando se habla de cambio generacional, es obvio que habrá evolución y habrá cambios, aunque no siempre se aprecien a simple vista o se noten de alguna manera. Volkswagen, por ejemplo, ha sido uno de los fabricantes que más ha jugado esta baza, la de mantener la esencia en todos los lanzamientos aunque les critiques de continuistas. Pero en esta ocasión, el Renault Austral no parece un cambio generacional con respecto al Kadjar, da la impresión de que han pasado dos o tres generaciones entre uno y otro. El salto es tan grande, incluso a simple vista, que el Kadjar parece tener más de 10 años, la diferencia entre uno y otro es, sencillamente, brutal.
Con solo poner un coche junto al otro se nota la evolución, pero no solo en diseño, también en el aspecto general de todo el coche. Estéticamente, al menos desde mi punto de vista, el Austral es mucho más atractivo, aunque también es cierto que estamos ante un Iconic Espirit Alpine y eso se nota. No obstante, el Kadjar, como hemos dicho antes, es un Techno, la versión más equipad del modelo en su momento y monta las llantas grandes –19 pulgadas– que no le quedan nada mal. Abrir la puerta supone un choque mucho más notable, porque es aquí, en el habitáculo, donde más se nota el enorme cambio que han sufrido los productos de la compañía francesa. Por aspecto, el Renault Austral parece una nave espacial comparado con el Kadjar, pero por sensaciones, da la impresión de estar ante dos coches de distintos segmentos. El tacto, los ajustes, los colores… el Austral no es un mundo, es un universo a parte si lo comparas con el Kadjar.
Uno de los puntos de la estrategia “Renaulution”, es pasar del volumen de ventas al valor, es decir, vender menos, pero vender mejor, tanto para el cliente como para la propia empresa –mayores ingresos–. Y ese objetivo, esa búsqueda del aumento del valor se aprecia claramente cuando puedes comparar dos generaciones del mismo concepto de coche tan directamente. En el caso del Kadjar se nota que sus acabados no están tan cuidados como los del Austral, al igual que el aspecto y las sensaciones generales. Los objetivos que se tenían con el Kadjar era completamente diferentes hasta el punto de que no parecen coches fabricados por la misma empresa. Estoy seguro de que poca gente sabría que el Austral es un Renault, si tapamos los logotipos que puedan estar a la vista y el “Ruinolt” que a muchos les gusta esgrimir cuando hablan de la marca se difumina completamente.
Y no parece ser una simple apreciación mía, el Austral fue capaz de convencer, hasta septiembre de 2023, a 60.305 usuarios, de los cuales, casi 40.000 optaron por la versión con grupo motor híbrido de 200 CV, precisamente la que puedes ver en las imágenes. Y no es para menos, porque el Renault Austral supone un cambio drástico con respecto a lo que se ofrecía antes. Repito, no parece que solo haya una generación entre el Austral y el Kadjar, la impresión es de que hay mucho más, al menos dos o tres generaciones, y esa sensación se acompaña en todo momento. Ni siquiera huelen igual –el uso de determinados adhesivos, materiales y recubrimientos, otorga un olor característico a cada marca, en unas se nota más que en otras, pero ahí está–.
Las comparaciones a nivel de equipamiento casi que nos las saltamos, porque el Renault Austral tiene una lista muy larga, demasiado, como para enumerarla aquí. Solo decir que, como cabe esperar, el nuevo vence al “viejo” con bastante holgura. Solo mencionar, por ejemplo, la cámara trasera. No solo hay una pantalla más pequeña en el salpicadero, sino que la imagen que se proyecta en ella sería como comparar los primeros televisores planos con los actuales 8K.
El nivel de acabado que alcanza el habitáculo del Renault Austral, es muy superior al que ofrece el Kadjar, casi parece de un segmento superior, puede incluso que dos
Dinámicamente, el Renault Austral logra una nota sobresaliente
En marcha, nuevamente, te encuentras con un notable cambio y no porque el Renault Kadjar sea malo, en realidad es cosa del Renault Austral, que es muy bueno. Muy bueno, siempre que no busques deportividad, pues a pesar de lucir el logo de Alpine, el Austral no es un deportivo. Tampoco lo es el Kadjar, pero sí que da la impresión de serlo más que el Austral, porque su tarado de suspensión resulta más firme e incluso un tanto seco.
Lo primero que notas al bajarte de uno y subirte al otro, es la posición al volante. En el Kadjar cuesta más encontrarse a gusto, tanto por la posición del volante, como por los reglajes del volante. En el Renault Austral es todo mucho más fácil y rápido, y el volante de formas rectangulares es bastante cómodo y apenas notas sus formas en un uso común y corriente, es decir, a diario. En ambos casos la dirección está muy asistida, pero el tacto y las sensaciones que te llegan al manipular el volante son bastante más agradables en el Austral. Pero eso no quiere decir que el Kadjar sea malo, se trata más de una sensación de suavidad y linealidad al mover el volante de un lado a otro, podríamos decir que hay un mayor refinamiento en el caso del Austral. Y eso ocurre con todo, desde el tacto de los pedales hasta el que ofrecen las palancas para los indicadores de dirección o los limpiaparabrisas.
Esa sensación de refinamiento, de suavidad general, también se aprecia en los andares, una vez en macha. El Austral es mucho más suave en todo momento, incluso al afrontar los baches. La suspensión del Austral es mucho más eficaz, pero también más cómoda que la suspensión del Kadjar, que como he comentado antes, da la impresión de ser un poco seca, aunque quizá sea cosa de la comparación directa y de lo suave que rueda el Austral.
Se nota también una clara evolución en el apartado de la mecánica, pero no por prestaciones –el Kadjar, con 140 CV, es claramente más lento que el Austral, que con su grupo motor híbrido, presumía de 200 CV–, sino por el funcionamiento general. Durante la marcha, la caja de cambios, por ejemplo, la caja de cambios del Austral destaca por su falta de protagonismo. Me explico. Es como si no hubiera caja de cambios, todo es muy lineal, sin que se aprecien saltos entre marcha y marcha. De hecho, hay un detalle que está realmente logrado, y es la gestión de los motores. No se nota, en ningún momento, cuando se pasa del motor eléctrico al motor de combustión, ni por sonido, ni por vibraciones, ni por tacto o sensaciones. En el Kadjar todo es menos refinado, hay ocasiones en las que se notan los cambios de marcha, llegan alguna vibración desde el motor, hay más ruido…
Y si nos ponemos a analizar la agilidad en curva de ambos modelos, la diferencia entre uno y otro es todavía mayor, básicamente, porque el Renault Austral E Iconic Espirit Alpine que nos dejó la marca, montaba el eje trasero direccional. Como ocurrió, por ejemplo, con el Mercedes GLC Coupé en la comparativa con el Mazda CX-60, el Renault Austral se nota tremendamente ágil, rápido de reacciones y muy reactivo a lo que se hace con el volante, y además, siempre se tiene la sensación de control total. Con el Kadjar la sensación de control y de aplomo es igualmente elevada, pero la agilidad, la facilidad para cambiar de dirección, para afrontar un viraje, está, obviamente, por detrás del Austral.
Quizá pienses que son cosas lógicas, hablamos de un coche que se presentó en el año 2015 y que se actualizó en 2018 –la producción se detuvo en 2022–, pero, de verdad, el cambio entre el Kadjar y el Austral es muy, muy grande. Es raro encontrar tanta evolución y un cambio tan drástico de una generación a otra. Sin embargo, vamos a criticar una cosa del Austral, un detalle un poco molesto y que ha sido motivo de pequeños percances molestos durante todo el tiempo que tuve el coche: la posición del selector del marchas. Renault ha decidido ponerlo en la colunma de dirección, muy cerca del mando de los limpiaparabrisas y en la mitad de las ocasiones, en lugar de accionar el cambio, lo que hacía era poner los limpiaparabrisas. ¿Os imagináis aparcar en un estacionamiento de un centro comercial, con varios coches esperando a que te quites del medio, y tú poniendo los “limpia”… ?
En carretera las diferencias son incluso mayores, con un refinamiento general muy elevado en el caso del Renault Austral
La evolución también se nota en los precios
Ya lo he comentado antes, Renault busca un mayor valor en sus productos y eso conllevara un menor volumen de ventas. En el fondo, eso supondrá al mismo tiempo una ganancia para los usuarios, que podrán acceder a mejores coches, aunque si hasta ahora, como mi suegro, has sido “Renaulero”, es que no te importaba el carácter “de volumen” que tenía la marca hasta ahora. De hecho, esa forma de trabajar no era un problema, pues ahí están coches como el Renault Laguna, cuya primera generación se convierte en histórico en 2024 –se lanzó en 1994, cumple nada menos que 30 años– o como la saga Clio, cuya última generación tendremos por aquí en próximas semanas.
La cuestión es que ese mayor valor, también acarrea un mayor precio. La versión más barata del Renault Austral tiene un precio de partida, según la web oficial, de 30.555 euros, con un motor mild hybrid. En el caso del Austral E Iconic Espirit Alpine, el precio parte de los 42.389 euros. Es caro, pero no está muy lejos de sus principales rivales. Los precios del Renault Kadjar apenas rozaban los 37.000 euros en su versión más cara y equipada –mi suegro no pagó ni 30.000 euros por el suyo… –, pero como hemos dicho, el cambio es enorme y la sensación general es que hay, en realidad, dos o tres generaciones de diferencia.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Es totalmente inconcible el caso del Kadjar. Comparte plataforma y sistemas con Megane IV, Talisman y Espace y ya parece que nació 10 pasos atrasada en su diseño. Si se lo compara con un producto novísimo, y que encima tiene tan buena pinta como el Austral, es normal que palidezca en todo. No creo que mucha gente eche de menos coches como el Kadjar.
Se nota en todos los modelos de la actual gama Renault el cambio de calidades a mejor.