Peugeot siempre ha sido un fabricante con mucha tradición en el segmento de los sedanes, aunque sería mejor decir que era un fabricante con mucha tradición, pues desde el apogeo de los SUV, tan solo ha tenido un modelo con la clásica carrocería de tres cuerpos: el Peugeot 508. Un modelo que tiene tras de sí una larga historia de coches que se convirtieron en superventas.
No podemos olvidar los Peugeot 405 o Peugeot 406, dos automóviles que representan el lado más tradicional y conservador de la firma francesa de los últimos 40 años, que se vieron sustituidos por el Peugeot 407, otro sedán, sí, pero no un sedán más. Fue el último modelo de la saga antes de la llegada de las pantallas –el reemplazo del 407 ya tenía una pantalla en el salpicadero– y el primero en romper con los convencionalismos y adoptar una imagen más dinámica y agresiva de lo habitual en la marca, cuyas formas son obra del equipo dirigido por Gérard Welter.
El Peugeot 407 ha cumplido ya nada menos que 20 años, pues su presentación oficial se llevó a cabo en el salón de París del año 2004. Entonces, lo que más llamó la atención fue su diseño, algo absolutamente nuevo en la marca, aunque ya habían adelantado los rasgos con el Peugeot 407 Elixir, un concept car que tenía una interesantísima carrocería de tres puertas que, tempo después, sirvió también para inspirar al 407 SW.
La puesta en escena del 407 sorprendió a muchos, era una ruptura total con lo visto anteriormente con el 406, un coche que mantuvo ese rasgo conversador que tanto se le achacó a Peugeot durante años. Pero no solo era estética, también contaba con un habitáculo que dejaba atrás la poca inventiva de los coches de la firma francesa, aunque nada hacía presagiar que llegarían a los extremos que han llegado con el famoso i-Cockpit. La compañía francesa buscaba acercarse a Volkswagen a toda costa, porque los alemanes habían encontrado un hueco entre el segmento generalista y el premium, que generaba una buenísima imagen de marca y pingües beneficios.
Y para ello, se invirtieron 1.120 millones de euros en el desarrollo del modelo y no tardó mucho en copar las portadas de las revistas con toda clase de buenas críticas. Peugeot siempre fue, y todavía lo es, un fabricante que desarrolla automóviles muy ruteros y agradables de conducir, y con el 407 subieron el listón´, al menos así lo aseguraban los medios de la época y en el fondo, tampoco tenemos porque dudarlo, ya que fue una de las referencias entre los coches de su clase en cuanto a comportamiento dinámico y agrado de uso.
Se vendió con todo tipo de motores, desde un 1.8 de 117 CV, hasta un V6 3.0 con 216 CV. Por supuesto, no faltaron los diésel, los HDi de 110 y 136 CV, o un interesante bloque 2.2 con 160 CV.
La producción, que se llevaba a cabo en Rennes –Francia– y en Villaverde –Madrid, la antigua fábrica de Barreiros–, se detuvo en 2011 para dejar paso al Peugeot 508, aunque antes de eso, recibió un restyling y ligeras mejoras en diferentes apartados.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS