El lanzamiento del BMW Serie 1 fue todo un acontecimiento. Era el primer compacto “auténtico”, que lanzaba BMW al mercado –ya había tenido el BMW Serie 3 Compact– y al mantener las principales señas de identidad de la marca, se convertía en el compacto más especial del segmento: motor longitudinal colocado en posición delantera central y propulsión. Durante algunos años, el BMW Serie 1 protagonizó infinidad de pruebas y comparativas en la prensa especializada y entre aficionados, cruzarse con uno por la calle ya servía para un buen debate.
Audi llevaba mucho tiempo a su aire con el A3, así que los premium se pusieron las pilas. Incluso Lexus también se metió en el ajo con el CT 200h. De hecho, el Lexus podría ser otro de esos compactos especiales, fue el primero que se ofreció con grupo motor híbrido y sin motores diesel. De hecho, solo había una opción mecánica y eso, quizá, fue parte de su falta de éxito.
El Serie 1 no tuvo que sufrir esa suerte, más bien fue todo lo contrario y se convirtió en un éxito notable. De primeras, se convirtió en el BMW más barato que había en ese momento y también en el más barato que había lanzado la marca hasta el momento. Y una de las versiones más populares, además de las equipadas con motores diésel, fue el BMW 120i. En plena era del diésel, había quien todavía confiaba en la gasolina y optaba por uno de los motores más interesantes de la gama, al menos durante los primeros compases de la comercialización.
Aquel motor era una de esas especialidades de BMW: cuatro cilindros atmosférico, 1.995 centímetros cúbicos, dos árboles de levas en cabeza con sincronización variable de los árboles de levas, inyección y unas cifras que, curiosamente, no destacaban en el segmento: 150 CV a 6.200 revoluciones y 200 Nm a 3.600 revoluciones, combinado con un cambio manual de seis relaciones. Completaba el 0 a 100 km/h en 8,7 segundos, el kilómetro con salida parada en 29,7 segundos y la velocidad
Obviamente, aunque las cifras del motor no sean las mejores, cuando se tiene un chasis como el que tenía el BMW 120i, las cosas son algo diferentes. El motor estaba colocado de forma longitudinal y un poco retrasado, pues tenía que enviar la potencia a las ruedas traseras y BMW, como ya sabréis, suele cuidar mucho el reparto de pesos, que se quedaba cerca del 50% sobre cada eje. La suspensión delantera era de tipo McPherson y la trasera multibrazo, la asistencia de la dirección todavía era hidráulica y las ruedas no eran el despropósito actual, que son enormes, era unas 195/55 R16.
No era el BMW más sorprendente, pero sí era el compacto con mejor comportamiento del segmento, se podía comprar en versión Sport –el que ilustra las fotos– y Luxury.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS