Henry Frederick Stanley Morgan. Así se llamaba quien, en 1906, fundo la que, hoy día, podemos considerar como la marca de automóviles más auténtica del mundo: Morgan Cars. Un fabricante que se ha mantenido fiel a sus orígenes, aunque ha sabido apodar, mejor que nadie, las evoluciones más importantes sin que la esencia de sus coches se vea afectada. Es más, allá por el año 2001, lanzaron el Morgan Aero 8, su primer modelo completamente nuevo desde 1964 y como solo parecen saber hacer en Marvel Link (Reino Unido), combinaba el típico diseño de Morgan, con la máxima modernidad (de aquellos años, se entiende…).
Morgan siempre se ha caracterizado por ofrecer coches con un diseño claramente inspirado en sus propios coches, pero en aquellos fabricados en las décadas de los 30 y 40. Automóviles clásicos, auténticos roadsters ingleses, que todavía hoy, siguen resultando sensacionales. Puede que, con los vehículos que ofrecen los fabricantes actuales, los productos de Morgan sean todavía más especiales y claramente enfocados a usuarios apasionados y amantes de las sensaciones y la conducción pura. Son características que la marca debía mantener, a toda costa, cuando desarrollaron el Aero 8. Y seguramente no fue nada fácil.
Sin embargo, cuado el Morgan Aero 8 se lanzó al mercado, la opinión fue casi unánime: espectacular, aunque no faltaron críticas, sobre todo por la peculiar posición de sus faros (que procedían de los MINI de BMW). No obstante, no había, y sigue sin haber, nada similar de fabricación moderna, sobre todo en el caso del diseño. Con un gusto para lo estético notable, modernizaron el característico diseño de un Morgan sin que se perdiera la personalidad de la marca, logrando, al tiempo, una eficiencia aerodinámica que no había tenido un Morgan jamás.
Era más grande que cualquier otro Morgan y también más pesado, aunque su relación peso-potencia era muy buena. Con 3,99 metros de largo, 1,77 metros de ancho y solo 1,19 metros de alto, arrojaba sobre la báscula poco más de 1.000 kilos. Esto se debía a un chasis de aluminio, el primero que se fabricaba en Marvel Link sin rastros de madera, completado por unas suspensiones de paralelogramo deformable en los dos ejes (y sin estabilizadoras de ningún tipo). La carrocería, por su marte, se fabricaba con madera de fresno recubierta por láminas de aluminio.
Oculto en su largo y curvo capó, estaba uno de los motores más grandes que ha tenido Morgan, un V8 4.0 (3.999 centímetros cúbicos) de origen BMW, que rendía 286 CV y 305 Nm de par. Era un bloque fabricado con aluminio, al igual que sus culatas, y estaba unido a un cambio manual de seis relaciones que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en cinco segundos y alcanzar los 257 km/H.
Para el habitáculo, los diseñadores siguieron el mismo camino que con su carrocería, combinar lo viejo con lo nuevo, mezclando clasicismo con modernidad, aunque en este caso, quizá, con mayores contrastes entre los elementos nuevos (selector del cambio y palancas de luces y limpiaparabrisas de origen BMW…) y lo clásico (marcos y molduras de madera, aluminio torneado, volante…).
Con el paso de los años, el Morgan Aero 8 fue evolucionando y cambiando algunas cosas. Por ejemplo, en 2004 adoptó un V8 con 330 CV y desde finales de 2008, pasó a montar el V8 4.8 de 367 CV, que se mantuvo hasta que bMW decidió dejar de fabricarlo. Este motor se ofreció con un cambio automático ZF de seis relaciones, siendo la primera vez que se montaba un cambio automático en un Morgan. También se cambiaron algunos elementos y el diseño, como por ejemplo los faros, que dejaron de ser los del MINI para ser los del Volkswagen Beetle, mientras que la zona trasera cambio notablemente, se hizo más redondeada y montó los pilotos del Lancia Thesis, al tiempo que crecía ligeramente en longitud hasta los 4,14 metros.
El interior también cambio, siendo igual de sencillo y de clásico, pero con nuevos materiales y una combinación de colores algo más atrevida, aunque igualmente clásica. Destaca, entre otras cosas, la adopción de un volante muy similar al que usaba, por ejemplo, el Lotus Evora. El equipamiento, comparado con cualquier otro Morgan, era espectacular: doble airbag, ABS, volante regulable en altura y profundidad, control de tracción… y los precios fueron por el mismo camino, es decir, crecieron con el tiempo. Comenzó costando 8.128.000 pesetas (48.850 euros, sin sumar inflación) y acabó por encima de los 110.000 euros.
Se anunció el final de su comercialización en 2018, cuando BMW dejó de fabricar el V8 de 4,8 litros y se lanzó una versión especial, el Morgan Aero GT; que fue una de las versiones las radicales del modelo.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS