El Škoda RS2000 es uno de esos modelos que pueden salir a colación en las discusiones entre aficionados al automovilismo de competición. Y es que, ¿se trata de un auténtico coche de carreras? La respuesta obviamente es sí, aunque como todo en esta vida lo taxativo siempre se encuentra enmarcado por una gran gama de grises. De esta forma, lo cierto es que muchos aficionados van a la raíz del asunto proclamando que un verdadero coche de carreras es únicamente aquel que ha nacido desde cero para competir. Algo en definición posible de aceptar, aunque teniendo en cuenta que ello deja de lado a miles de vehículos basados en componentes de serie.
Así las cosas, desde las míticas barchettas de los años cincuenta hasta la mayor parte de los vehículos de rally -a excepción de algunos como el Lancia Stratos- estarían fuera de la clasificación de automóvil de carreras. Dejando este título únicamente a ciertos Sport Prototipos de las carreras de resistencia y los monoplazas de la F1. Una quema en los altares del purismo más extremo que, definitivamente, choca frontalmente con la realidad. Especialmente cuando hablamos de los rallies, siendo ésta una categoría donde las más de las veces se trata de adaptar un coche de producción a los rigores de las carreras aceptando un alto margen de especialización.
Justo la definición de la Super 2000. Una especificación establecida en el año 2000 por la FIA con la cual se facilita la participación de equipos con monturas derivadas de la fabricación en serie. Además, al requerir que los coches se basen en modelos con una producción de al menos 2.500 unidades durante el último año, se asegura la inscripción de modelos populares. Eso sí, desarrollados a través de un kit donde no se pueden incluir mejoras electrónicas que ayuden al pilotaje. Un punto que pone interesante la competición en la Super 2000, insistiendo en una conducción de vieja escuela donde además tampoco se permitía en principio la sobrealimentación del motor.
La categoría S2000 se creó para dar más facilidades a equipos sin mucho presupuesto, pero la espectacularidad y juego que da la llevó a estar dentro del WRC
Škoda Fabia S2000, el hijo más rabioso de la saga
Respecto a la cilindrada ésta no debe superar los dos litros, poniendo el límite de potencia en 280 CV. Más que suficiente para pequeños coches con chasis de fábrica, como es el caso del Škoda Fabia S2000. La variante más rabiosa del modelo, cuya imagen es moneda común en el WRC desde que la S2000 fuera aceptada en el campeonato mundial para frenar así la decadencia del mismo. Eso sí, modificando algunas de las reglas de este tipo de homologación permitiendo desde entonces la incorporación de motores con turbo.
A partir de aquí, fabricantes como Volkswagen con el Polo, BMW con el Mini, Peugeot con el 207 o FIAT con el Abarth Punto vieron la puerta abierta a una mayor visibilidad de sus coches en rallies internacionales y campeonatos nacionales. Dando así vía libre a una panoplia de vehículos perfectos para todos los amantes de las carreras sobre tierra, especialmente si tenemos en cuenta el espectáculo que dan en curva estos pequeños modelos con peso ligero y batalla corta. En lo que se refiere al Škoda Fabia S2000 la verdad es que resulta uno de los más llamativos. Con unos pasos de rueda ensanchados de forma impúdica y un aspecto mucho más amenazante del que se pudiera presumir.
Y es que, recordemos, esta variante de carreras parte de la segunda generación del práctico y tranquilo utilitario checo. El cual se ha vendido bastante bien por toda Europa desde que en el 2000 apareciera la primera de sus tres series. Todas ellas con diversas motorizaciones. Que en el caso de la segunda generación van desde los 60 CV del 1,2 litros gasolina con tres cilindros en línea y seis válvulas, hasta los 180 CV de la versión RS con su motor cuatro cilindros en línea de 1,4 litros y 16 válvulas acoplado a un turbocompresor. Un coche al que bien merece la pena dedicar un vistazo junto a otras variantes deportivas de la gama Škoda, siendo una alternativa algo desconocida para aquellos que buscan potencia en un coche ligero y usable para el día.
Con potencias de hasta 280 CV, los S2000 exploran los límites de chasis y bloques motor de serie pensados para utilitarios como el Škoda Fabia
No obstante, aquí hemos venido a reseñar el Fabia S2000, el cual obviamente sería imposible usar en el día a día debido a que, superadas ciertas polémicas, es un coche de carreras con todo el derecho. De hecho, se pueden ver unidades que incluso superan los 250 CV con un peso de 1.200 kilos. Más de lo que se podría esperar en un coche pequeño, pero poco si tenemos en cuenta la incorporación de un sistema de tracción total. Algo que la categoría S2000 permite en el caso de los modelos de rallye. No así en los que van destinados a las carreras sobre asfalto. Una competición donde el Škoda Fabia S2000 se ha prodigado menos, habiendo centrado sus éxitos desde el 2009 hasta el 2014 en el WRC y el IRC principalmente. Razones para mirar de otra forma al próximo Škoda Fabia que te cruces por la calle.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS